sábado, 26 de diciembre de 2020

Mi mamá y los lirios del valle

Mi mamá muríó hace 10 dÍas. Este 2020 también se llevó a mi papá, en marzo. (No fue el coronavirus; simplemente era su tiempo.)

Obviamente estoy pensando mucho en ella. Recuerdo que uno de sus pasajes favoritos de la Biblia era la parábola de los lirios del valle.

En Mateo 6:28-29,

Y por el vestido, ¿por qué os afanais? Considerad los lirios del valle , cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón en toda su gloria se vistió así como uno de ellos.

Ella dejó de comprar ropa hace añales. Las prendas nuevas que lucía las compramos sus hijas o su enfermero, pero ella siempre muy linda y bien presentada. Le gustaba tomarse fotos y el enfermero nos mandaba muchas a menudo. 

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En Mateo 6:26, (no sé porqué pero yo siempre recuerdo a los lirios primero y luego los pájaros)

Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta.

Lo mismo con la comida. Ella dejó de cocinar porque le costaba realizar tareas con muchos pasos. Ella nunca me lo confesó, pero creo que es cierto. No sabíamos que era síntoma de su Alzheimer. En cualquier caso, mi papá fue el cocinero por muchos años. En los últimos tres años de sus vidas, cocinaba el enfermero - que por cierto fue uno de los ángeles que nos mandó Dios para cuidar a su sierva, mi mamá. Ella no solo disfrutaba de la comida, sino que ni siquiera engordaba!!



Mi mamá era muy devota. Ella se tomó ese pasaje en serio toda su vida. Ella decía, “Dios cuida lo chiquito y yo soy enana.” Cuando empezó a perder las palabras (una afasia fuerte que no la permitía hilar oraciones complejas), pues se dedicó a cantar y bailar. Me dijo una vez que la gente que no conocía a Dios le tenía miedo a la muerte, pero ella no, porque ella sabía que iría directo al cielo - a donde seguramente está ahora mismo con su Danielo, mi papá. Siempre se sintió cómodamente en la mano de Dios. 

Yo no tengo su misma fé. Yo sí me preocupo por muchas cosas y debería aprender de ella. Vivió una vida feliz, quiso a mucha gente y se dejo querer, enseño y aprendió, y en cada momento, mejoró el mundo con su alegre presencia. ¨No nos afanáis.¨

Mami, tengo tantos cuentos para contarte y apenas te has ido 10 días. Te los guardo cuando nos volvamos a ver. Te quiero. 




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