viernes, 12 de diciembre de 2014

Turisteando

El fin de semana pasado salí a pasear de turista. Tuvimos un autor de libros infantiles en el colegio la semana anterior y a mí me tocó entretenerlo el último día de su visita. Contratamos a un guía y un chofer y salimos a pasear.

Fue una mañana faraónica y cópta. La fase faraónica fue visitando las pirámides. Comenzamos con la pirámide de Saqqara, que fue el primer intento de fabricar una estructura piramidal. Es escalonada como las pirámides centroamericanas. Según el guía, Saqqara fue la primera pirámide y mas bien un experimento.

El camello es para los turistas, por supuesto, pero sale bien en las fotos. ¿Ven los andamios? También los hay del lado derecho. No sé que pretenden hacer con ellos. No es que van a poder restaurar los ladrillos milenarios. Se están disolviendo con la contaminación. 

Después de Saqqara fuimos a la pirámide de Teti, un funcionario faraónico que vivió hace 4000 años. Ese montón de tierra es su pirámide. Descendimos a su tumba, y redescubrí mi claustrofobia. Lo mejor de ver la tumba fué poder subir a la superficie. 



En la tumba de Tetti hay muchos hieroglifos hermosos y en excelente condición. 




 Para completar nuestro tour faraónico, visitamos la Gran Pirámide y a la Esfinge por supuesto, pero no eramos los únicos.




Vimos muchos muchos turistas, y la mayoría de ellos eran egipcios. El turismo internacional ha bajado muchísimo y las proyecciones no son muy alentadoras. Mientras tanto, los egipcios disfrutan de su país y sus bellezas. 

La segunda fase de la mañana fue a visitar al Cairo cristiano, pero eso es cuento para otro día. 

Más fotos de la mañana en mi cuenta flickr. 




viernes, 21 de noviembre de 2014

En Niza

Estoy escribiendo desde Niza, en un apartamentico pequeño en el histórico Hotel Negresco. La propietaria nos asegura que el Hotel Negresco aparece en todos las postales de Niza. Como es la primera vez que venimos a Niza y como nunca hemos recibido una postal desde aquí, la dejamos alardearse.

Niza es una ciudad espectacular. Nos captivó desde el primer momento en que vimos el mar, la ciudad, la colina y el cielo azul. (Pasamos 13 años en China y llevamos 4 meses en el Cairo. Un cielo azul nos mata.)


Vinimos con mi marido que tenía una reunión aquí. Andreína y yo nos vinimos en el equipaje. Dejamos a Michaelito en el Cairo en casa de unos amigos. El no pudo venir para no pasarse del máximo de días de ausencia que le permite el colegio. 

Quedamos encantados con los callejones de la ciudad vieja, 


con las iglesias, 


con la bahía, 


con el mercado de flores y vegetales, 

Aquí no se ve el mercado en sí porque los vendedores se ponen muy necios cuando los fotografían, pero igual bello el vecindario en la mañana. 

con los techos rojos, 


con la arquitectura.

Aquí vivió Matisse. Es un edificio privado y no se puede visitar, pero igual muy hermoso y cuidado. 

Niza es una ciudad que se deleita con su propia belleza y se lo perdonamos, porque se merece todos los piropos y muchos más. 

La reunión de Scott fue ayer y en la mañana Andreína y yo paseamos por el bulevar comercial. Compré un par de botas que al final no me gustaron, y Andreína se quejó de lo lindo porque no quería caminar sino para el hotel donde se podía conectar al Internet. 

Hoy la dejamos enchufada y nos fuimos a pasear en bicicleta. Niza es una de esas ciudades donde hay bicicletas municipales y Scott y yo montamos felicísimos de un lado del malecón al otro. Terminamos del lado del puerto, posando en frente de unos barcos coloridos, igualitos a los de la postal que nunca recibimos pero que ahora llevamos para siempre en la lista de nuestros lugares favoritos. 





sábado, 8 de noviembre de 2014

Hora de hervido

Las temperaturas están bajando en Egipto. Todos se quejan del frío. Cualquiera pensaría que estamos en Antártida de tanto que se quejan. Me imagino que en un año a mí también se me habrá diluido la sangre y estaré titiritando en octubre, pero por los momentos lo que me da es asombro que ya sientan frío cuando yo finalmente encuentro el clima agradable.

Con el "frio" me ha provocado mucho tomar sopa. El fin de semana pasado nos invitaron a una fiesta de Halloween y nos ofrecieron chili con carne. Por supuesto yo no lo pude probar (le tengo alergia al tomate) por lo que se me despertó el apetito por las sopas, los caldos, sancochos y demás platos que se comen con cuchara.

Me gusta hacer hervido. Me gusta sacar mi recetario de Scannone que compré hace 20 años en la librería del CCCT. Me gusta preparar el caldo primero, colarlo, lavar la olla y volverla a montar con el caldo y las verduras. Me gusta que se tarda horas en preparar. Me gusta ajustar la receta para localizarla. En China usaba ocumo y otras raíces que no sé como se llaman en chino, inglés o español pero que seleccionaba en el mercado apuntando con el dedo. Me gusta hacer el sofrito, ahora sin tomate y sin pimentón, pero igual con sabor. Me gusta agregarle el cilantro y la yerba buena al final. Me gusta ese primer sorbo, cuando se me llena la boca de caldo y la nariz de vapor. ¿Ven? Me gusto todo.


Recuerdo con nostalgia los mercados de vegetales en China, donde hay tantas variedades de tantas cosas. Una de mis vendedoras favoritas separaba las hojas de espinaca en pequeñas, medianas, grandes, más grandes y gigantes. Y eso era nada más la espinaca. Ni hablar de todas las variedades de col que nunca aprendí a nombrar. Aquí hay lechuga, repollo, y espinaca. Un montoncito de cada una y ya.



Con la escasez de verduras, mi hervido tuvo nabo, zanahoria, auyama y batata. Me dicen que habrá yuca cuando llegue el invierno. (Que me imagino empezará cuando baje la temperatura 3 grados más.) No puedo comer papas, y el hervido me quedó un poco dulce. Para corregirlo, le puse un chorrito de limón y un poco más sal de la que normalmente le agrego. Me lo comí de desayuno frente a la ventana para sentir el fresco de la mañana y hacerme la idea que de verdad viene invierno y la temporada de hervido.

domingo, 2 de noviembre de 2014

El Hada de los Libros

A mí me gusta la Noche de Brujas.  Cuando mis hijos estaban chiquitos, les organizaba una salida de trick-or-treating a ellos y sus amigos a las casas de mis colegas. Eso sí era divertido, llevar aquel montón de muchachitos disfrazados, como si fuera una benevolenta Flautista de Hamelín. Como para resaltar la diversión, Halloween no es una fiesta que se celebra en China, así que nos tocaba ser los locos extranjeros, solos en nuestro trick-or-treating.

Este año, en Egipto, nos encontramos en un colegio americano que celebra Halloween por completo. Los maestros ponen tareas donde protagonizan vampiros y calabazas, se leen cuentos fantasmagóricos, y los alumnos y los maestros juntos decoran sus salones. En la biblioteca tuvimos una mesa de manualidades durante el recreo. Más de 100 visitas a la biblioteca ésta semana a la hora del recreo, con niños queriendo hacer sus manualidades de Halloween. Normalmente nos llegan tal vez 30.



Hace un par de años había visto éste disfraz del Hada de los Libros. Me había llamado mucho la atención, pero típico siempre lo dejaba para última hora. Este año, como tenía muchas revistas viejas que estamos botando, decidí con tiempo asumir mi lado crafty y hacerme el disfraz.

  

Lilliedale gentilmente incluye instrucciones en su blog (en inglés). El de ella fue en blanco y negro, con un diccionario. El mío fue con las revistas y un libro de juegos de naipes publicado en 1976, que por cierto no entiendo qué estaba haciendo en mi biblioteca para niños.

Primero se necesitan muchas hojas de revista, - o de un libro -, enrolladas y una tira de tela donde fijarlas.


Lilliedale usó una pistola de silicona en lugar de una engrapadora, pero ella debe haber tenido mas tiempo que yo, y mejor técnica que la mía para que le quedaran dedos sin quemar.

Se dobla la punta de los rollos hacia afuera y se engrapan - o se pegan.

No se nota muy bien en la foto, pero engrapé las hojas enrolladas en cuatro capas. Se podría hacer con menos, pero me gustó la idea de tener un tutú bien relleno.


En la última capa, se doblan las puntas de los rollos de papel detrás de la tela.


Se podría terminar la cintura de la falda con una cinta vistosa, pero yo no tenía. Para que las grapas no me molestaran, las cubrí con cinta transparente. 

Las alas se hacen con un libro viejo de capa dura. Se le quitan las hojas con cuidado, y se le monta un alambre para que se mantengan abiertas.


Para cubrir el alambre y dar la ilusión de un libro que aletea, se le pegan hojas en el reves de la carátula. Las mías las pegué patas arriba por equivocación. 


Para montarme las alas, usé una banda elástica larga de las que usamos en la biblioteca para guardar libros. Se le hacen un par de huecos en la espina de la carátula en el cuarto superior del libro para que te queden bien altas sobre la espalda, y se enhebra la banda elástica. También se podría utilizar cintas de colores en lugar de la banda elástica.

Para la varita mágica, utilicé lo que llamamos un marcador de estante. Eso es una ferula de plástico. Les enseño a mis alumnos a usar el marcador para marcar el lugar donde va cualquier libro que retiren del estante. Con el marcador de estante saben donde devolverlo. La flor la hice con las instrucciones para hacer pompones de papel de seda de Martha Stewart. Fue lo más difícil porque el papel de revista es mucho más grueso que el papel de seda, y se rompe al tratar de formar los pétalos. Como el marcador de estantes es bastante ancho, necesité dos flores. Las pegué con una pistola de silicona. 


Las letras las encontré en un depósito del colegio donde hay materiales que van a botar. Yo quería cuadritos como los del juego Scrabble, pero éstos me salieron hasta mejor por ser tan coloridos. También las pegué sobre la falta y sobre un cintillo de papel.


Una cosa que me sorprendió después de ponerme la falda: ¡qué fastidio el ancho de las caderas con el tutú! No podía pasar por ninguna parte sino de lado. Nada más pensar en las modas de antaño con sus aros y crinolinas me trae de rodillas en agradecimiento que nací después de que se pasó esa moda.

¿Qué les parece mi Hada de los Libros? Tal vez la resucito el año que viene.

lunes, 27 de octubre de 2014

Choque cultural

El choque cultural es el proceso de adaptación que uno atraviesa al encontrarse en un nuevo entorno social, especialmente al mudarse de un país a otro.

Hay cuatro etapas del choque cultural (culture shock).

La primera es la luna de miel, cuando todo es maravilloso y nuevo y bonito. Esa etapa ya la pasamos. Se evaporó en el calorón de agosto, el mosquero increíble y los problemas interminables de Internet (que siguen sin resolver por completo todavía.)

La segunda etapa es una de negociación. Ahora las diferencias entre la situación nueva y la anterior son más aparentes, y ya no son causa de deleite. Uno desea regresar a casa. En mi caso, regreso a casa significa regreso a China, a mi maxi biblioteca, a donde me sé manejar, donde puedo hablar el idioma, aunque sea machacado, y hacerme entender. Nos hace falta la ayee, nuestro apartamento, las tiendas, los amigos y colegas, ¡hasta el chofer!

La tercera etapa es una de ajuste. En ésta etapa uno se va asimilando a la nueva cultura, ya uno tiene rutinas establecidas y un círculo de amistades. Sabes donde ir a comprar pan y a quien pedir ayuda. Según 2Vancouver, un bufete de abogados de inmigración en Canadá, en ésta etapa uno comienza a "asumir los hábitos y odios" de la gente del nuevo lugar. Esa etapa ocurre después de los primeros seis meses. Todavía no llego a esa etapa.

La última etapa es la etapa del dominio. Uno ya sabe manejarse, entiende, habla, y en fín, uno se siente en casa en el nuevo lugar. Llegar a ésta etapa puede tardar varios años y es posible que uno nunca se asimile por completo. Ahí estábamos en China, pero si volvieramos ahora, probablemente tendríamos que pasar por ésto otra vez, comparando la nueva vida en China con la que acabamos de dejar. Mejor quedarnos en Egipto por los momentos. (¿Será que ya estoy entrando en la etapa de la negociación?)

Encontré un artículo interesante sobre el culture shock en un excelente blog para expatriados e inmigrantes. En este artículo, el autor señala que la gente no pasa por las cuatro etapas en una línea directa como podría sugerir el modelo. De hecho, creo que si yo fuese a dibujar la trayectoria de mi culture shock, mi línea terminaría siendo un espiral. En este momento el espiral anda en bajada, pero quien sabe, tal vez en el futuro - ojalá no muy lejano - la espiral apunte hacia arriba.
Ver la versión original de éste perfil en el blog de su autora, Allison McCue

Adaptado de un perfil por Allison McCue, publicado en ourlifeinaarhus.wordpress.org.


Aclaratoria: No tengo calificación alguna en psicología. Este perfil refleja solamente mis sentimientos de nostalgia y desplazamiento en éstos momentos, a los tres meses de mudarnos a Egipto tras 13 años en China. El perfil que comparto es más garabato que modelo de asimilación, pero así es como me siento.



jueves, 9 de octubre de 2014

Mejor que sea Jacques Costeau

Aprendí a bucear hace 18 años, cuando vivimos la primera vez en Egipto. Hasta el momento de la verdad todo me fue bien. Las prácticas en la piscina, la teoría con las tablas de profundidad, toda la parafernalia, chévere. Todo bien hasta que nos sumergimos de verdad.

Nos fuimos a bucear en barco. El curso incluía dos días y una noche en un barco sobre el Mar Rojo. Navegar hasta el sitio donde anclamos fue bellísimo. Salimos del puerto con el canto del muezzin como despedida y luego pasamos dos días rodeados por el mar, bordeando los cerros del Sinai.

Todo iba bien hasta que en la última práctica me tocó quitarme la máscara para demostrar que podía vaciarla bajo el agua. Pues me dio pánico y tuve que subir a la superficie. El instructor no quedó muy impresionado, pero igual bajamos luego a ver un barco hundido de la II Guerra Mundial, el Thistlegorm. De haber sido yo la instructora, me hubiese dado cuenta de que yo sería pésima alumna, pero creo que al instructor le gustaba mucho bucear y no podía ni imaginarse mi incomodidad.

Muy interesante el barco, pero como nosotros éramos principiantes no pudimos bajar con los mas avanzados, y nos tocó verlo desde arriba. De lejos vimos tres peces gigantes y creímos que eran tiburones. El instructor después se rió de nosotros. ¡Eran atunes! Válgame que son grandes esos bichos No recuerdo mucho más de la buceada; yo lo que quería era salir de allí. Fue la última vez que fui a bucear. Ahora sé que para encuentros marinos, los prefiero por medio de un documental de Jacques Costeau.

Pues, adelantemos 18 años. A mi marido sí le gusta bucear y mi hijo está aprendiendo. Esta semana de vacaciones estamos en el Mar Rojo de nuevo para que ellos vayan a bucear. Andreína y yo nos quedamos en la orilla. Aquí el arrecife llega hasta la playa y podemos entrar con máscara y esnórquel. Hay mucho coral muerto, pero está en recuperación pues el resort obviamente se ha dado cuenta que cuidar el coral es también cuidar los dólares del turismo, o más bien, los euros porque aquí los que vienen son los europeos.

Tengo una bolsa impermeable para el teléfono y pensé que sería perfecta para tomar fotos de los peces y el coral, pero en primer lugar, hay muuuuuchos peces y no le tienen miedo a los humanos y se acercan demasiado, y en segundo lugar, son peces y se mueven rapidísimo. Casi todas las fotos me salieron movidas. Ahora le tengo aun más respeto a Jacques Costeau y los fotógrafos marinos.

En el cuadrado inferior de la derecha se ve la pierna de Andreína.  Le estaba tratando de tomar la foto, pero ni ella ni yo nos podíamos mantener inmóviles. El collage con PicMonkey.com







martes, 7 de octubre de 2014

La Fiesta del Cordero

Estamos de vacaciones. El sábado fue la Fiesta del Cordero, Eid al-Adha y nos tocó una semana completa, muy merecida.

La Fiesta del Cordero commemora la historia bíblica de Abraham y su hijo en Génesis 22. Dios le dijo a Abraham que para demostrar su obediencia tenía que sacrificar a su hijo, y Abraham tenía el cuchillo al cuello de su hijo cuando se le apareció un ángel a decirle que no era necesario, que Dios había visto que Abraham lo obedecería, y que era suficiente sacrificar su cordero. La diferencia entre la historia cristiana y la musulmana es en el nombre del hijo. La Biblia lo llama Isaac y el Korán lo llama Ismael.

Nunca me gustó esa historia. Siempre me pareció cruel, y ahora que soy mamá aun más. Me imagino la angustia de Abraham y la incomprensión de Isaac, aun después de ser perdonado. Aún así, no voy a rechazar una semana de vacaciones

Nos dicen que el día del sacrificio mejor no salir. Los corderos - y chivos, terneros y hasta camellos - son degollados en la calle y corre la sangre como un río. Yo recuerdo que hace 18 años cuando vivíamos aquí, los vecinos tenían los animales en sus balcones o atados en el garaje. Este año no los ví, pero tal vez es que vivimos entre más extranjeros.

Mi maestra de árabe me dijo que después de sacrificar el cordero, se separa la carne en tres partes, pero solo recuerdo dos de las partes: la parte para la casa y la parte para los pobres. (Tal vez la tercera parte es para el carnicero, no recuerdo.) El carnicero prepara la parte para los pobres en paquetes de a kilo o kilo y medio, y ella sale en persona a repartirlo. Le da carne al conserje de su edificio y a la señora que le limpia. Me dice que ella tiene una lista de gente pobre a quien le da carne, y que si le sobra, sale a buscar mendigos. Le pregunté si le da carne a la mezquita para que los religiosos ahí repartan o a alguna organización de caridad y me dijo que tal vez habrá gente que lo haga, pero que ella no conoce a nadie que lo despersonalice así.

La Fiesta del Cordero también es el último día del Hajj, la perenigración anual a Mecca. Los musulmanes deben viajar a Meca por lo menos una vez en su vida, y es mejor que sea en ésta época. Después de viajar a Meca tienen derecho de vestirse de blanco y agregarse el título de Hajji.

Mientras tanto, nosotros en una playa del Mar Rojo. En la foto al fondo se ven montañas como las que fueron testigo a la historia del sacrificio de Abraham e Isaac.


martes, 2 de septiembre de 2014

Un mes entero

El domingo fue primero de septiembre y se cumplió exactamente un mes de nuestra llegada a Egipto.

Hemos pasado el mes entero aclimatizándonos
  • al calor seco del desierto
  • al sol inclemente - no veremos llover hasta abril, y eso si Alá quiere
  • al nuevo colegio y la manera de hacer las cosas aquí
  • a la extrema lentitud del Internet
  • a los apagones diarios - la demanda por electricidad es mucho superior a la capacidad productiva de la industría eléctrica del país
  • a que mi hijo tiene 15 años y un círculo de amigos con el que sale sin nosotros
La venida a Egipto ha sido un regreso triunfal después de 18 años, por lo que hemos pasado el mes entero redescubriendo. Cada otro paso es un recuerdo y un ¡así era antes!
  • el lento pasar de la vida - aquí nadie se apura para nada, todo es bukra, inshala (mañana si Dios quiere)
  • los rincones de nuestra vida anterior
    • el restaurante chino donde era el único lugar donde cocinaban bien los vegetales
    • el puesto donde nos estacionábamos cuando llegábamos a la avenida principal
    • el mercado de frutas de esa misma esquina
    • el centro CSA, donde ofrecían clases de árabe, una mini-biblioteca y un gimnasio
    • el muelle donde se tomaban las falúas para navegar sobre el Nilo
    • la calle donde vivíamos, casi irreconocible por el verdor que la rodea
    • la estación del Metro, idéntica, como si estuviese atrapada en ámbar: los mismos escalones, las mismas taquillas, los mismos andenes y definitivamente los mismísimos vagones
  • la comida egipcia: el koshari, las sambusas, el shawarma, los dátiles (Scott los redescubre porque con mis alergías sólo puedo disfrutar de los dátiles)
  • la luz dorada que debe ser combinación de la refracción del aire contaminado y miles de años de arena polvorienta
  • el canto del muecín que nos despierta de madrugada y que despide el día cuando se esconde el sol
Hemos pasado el mes entero asombrados de todo lo que cabe dentro de éste primer mes.

P.D. Sin foto por la nombrada lentitud del Internet.

Actualización del 3 de septiembre. Ahora sí fotos, aunque malosas, porque estoy en el colegio  y aquí el Internet funciona mejor. Estos son dos rincones nuevos para nosotros, pero con el mismo aire lento que recordamos de hace 18 años.




sábado, 16 de agosto de 2014

Van tres sábados

Parece mentira, pero éste es mi tercer sábado en Egipto.

El primer sábado lo pasamos en el colegio en plena orientación. Habíamos llegado el viernes, con un grupo de como 20 maestros nuevos. Tuvimos que presentarnos al colegio en la mañana, pero se apiadaron de nosotros y solo nos tenían actividades hasta el mediodía. Regresamos a la casa, pero la vecina, que también trabaja en el colegio, ofreció llevarnos a conocer un poco el vecindario. Le agradezco mucho el sentimiento, pero en realidad, no se me pegó nada de lo que vimos esa tarde. Yo solamente veía mi cama.

El segundo sábado me fuí para IKEA con una amiga que antes trabajaba en mi colegio en China. Compré un montón de cosas y pasé la tarde desempacando y acomodando. Andreína pasó el viernes montando caballo con las hijas de una de la maestra de arte y el sábado fúrica porque no regresamos a pasar el sábado también.

Hoy tercer sábado regresé a IKEA y a un automercado grande con tremenda lista. Pude apegarme a la lista en el mercado, pero después de llevar la compra al autobús del colegio que nos trajo, dejé la lista cuando tomé rumbo a IKEA. O sea, ¡licencia para comprar! Andreína tuvo clase de equitación en la mañana y cuando regresó con su papá, él se tomó una siesta y ella se puso a armar las mueblecitos que compré en IKEA. Salió a su abuelo Daniel. Tiene muy buen sentido de donde van las cosas y como usar las herramientas. Ojalá siga así, porque yo de mi papá heredé la nariz y los estornudos.
Estas tres semanas se nos han ido a millón. Dios quiera que los siguientes sábados no se apresuren tanto en pasar.

(Sin foto por los momentos porque el Internet está muy lento.)


lunes, 11 de agosto de 2014

Ahora sí, ¡llegamos!

Mi última entrada la escribí en New Hampshire, apurada porque quería dejar constancia del verano y de mi estado mental. Ahora escribo desde nuestro nuevo hogar en el vecindario de Maadi, en Cairo. Llegamos el 1ro de agosto pero me he tardado hasta hoy en sentirme que llegué y que estoy lista para ésta nueva etapa.

Nuestro apartamento es grande y amoblado con buen gusto. (Uno no siempre puede contar con el buen gusto de los propietarios de un apartamento alquilado, pero esta vez tuvimos suerte.) Hay cuatro habitaciones o sea que los niños tienen cada uno su cuarto. Anoche por fín pude terminar de vaciar la habitación de Andreína donde la compañía de flete depositó nuestras 70 cajas que envíamos de China, y ella por fín durmió en su cama. No le gustó donde la primera habitación que será la oficina-gimnasio de Scott, y estaba durmiendo en el sofá. Nada más con eso ya me siento como que no estamos de transeúntes.

El colegio nos queda en la esquina. Me encanta estar tan cerca. Facilísimo regresar a casa si se me olvidó algo - y si me conocen saben que no es cuestión de si se me olvidó algo al salir en la mañana sino cuantas cosas fueron las que se me olvidaron. Tenemos un abasto en frente de la casa y otro a una cuadra. El automercadito que más me gusta me queda a dos cuadras largas pero es el más limpio y surtido. El de enfrente es el más caro y oscuro de los tres, pero obviamente el más conveniente. Tenemos un par de restaurantes al doblar y varios más a dos cuadras. O sea que todo muy cercano y fácil.

Durante la semana de orientación, Michael conoció a varios otros muchachos de 9no grado y está muy contento. Andreína desafortunadamente no tuvo a ninguna hembra de su edad, pero el fin de semana fue a montar caballos y está más feliz ahora. Mañana es el día de la orientación para todos los alumnos nuevos y tenemos la esperanza de que conocerá más niñas para que el primer día de la escuela media no sea tan intimidante.

Mi biblioteca es pequeña en comparación a mi biblioteca en Tianjin, pero creo que estaré a gusto. La directora de la primaria tiene muchos proyectos y se me contagia su emoción. Eso sí, después de dos semanas de preparaciones, ¡¡ya estoy lista para que conocer a los alumnos!!

Para celebrar el final de la orientación a los nuevos maestros, el colegio nos llevó de paseo en falca. Las falucas, o falúas, son botes tradicionales del Medio Oriente. Son barcos largos de río, con velas latinas. Ahora se utilizan más que nada para el turismo, pero antes eran la embarcación que movilizaban el Nilo.

Ahora que estamos más ubicados en nuestro nuevo hogar, estamos más listos a navegar por el Cairo así como las falucas navegan el Nilo.

Felucca on the Nile
Nos llevaron a todos los nuevos para un paseo de una hora al atardecer. 

Felucca man
Este capitán se dejó tomar la foto y hasta posó. 

Felucca on the Nile
El Nilo inmemorial, las falucas y el Cairo moderno

jueves, 31 de julio de 2014

Hibernando en verano

Mis vacaciones en Cape Cod se me acabaron el domingo. Nos regresamos a casa de mi suegra en donde siempre pasamos los últimos días en preparación para la salida. Salimos mañana para Egipto y nuestra nueva aventura.
Caminos verdes
Desafortunadamente, a Egipto no se puede llegar caminando, ni siquiera por el camino de la playa de mi rutina diaria.


Este verano fue uno de hibernación. Pasé las cuatro semanas en Cape Cod siguiendo una dieta paleolítica con modificaciones para fortalecer mi sistema autoinmune, y por lo tanto, prácticamente todo lo que comí lo preparé yo. Normalmente salimos a comer mucho, pero con todas mis alergías es más fácil cocinar y comer en casa.

Camarones al ajillo
Una muestra de mis desayunos. Menos mal que no le tengo alergía a los mariscos. Eso sí, no me pude quitar el antojo que tenía por ostras, pero hay que dejar algo para el próximo año. 

No tuvimos a Andreína porque ella pasó casi todo el verano en NH, montando caballos con la tía y jugando con perros con mi suegra. Michael disfrutó de hijo único, y como a él le gusta jugar sus juegos de video y leer, fue muy tranquilo.

Dentro del camper
El rincón de Michael. Ahí tenía asiento y enchufe para los aparaticos. 
Además de que Michael es calladito, también estuvo haciendo un curso de capacitación de salvavidas tres veces a la semana. Cuando le tocaba el curso, yo me sentaba sola en la playa a leer, jugar entre las olas y tomar fotos en Instagram.

Michael salvavidas
Michael tiene camisa negra y gorra venezolana. 

Así que como ven, pasamos el verano hibernando, recuperándonos de la despedida china cargando pilas para Egipto, y acobijados en nuestra cueva de Cape Cod.

Vista desde el camper
La vista desde mi cueva, digo, el camper. 
La próxima entrada será desde Egipto. Mar salaama. (Adiós en árabe, según recuerdo de hace 18 años cuando fuimos por primera vez.)

viernes, 18 de julio de 2014

Panquecas de plátano y celery embarrado

Les comenté hace unos días que intenté hacer panquecas de plátano con una receta de Carola, pero que me quedaron más bien como croquetas por no seguir la receta correctamente. Pues, ahora sí hice las panquecas como es y quedaron muy ricas.

El jarabe de maple que usé lo hizo mi cuñada, con savia de sus propios maples. Aparentemente les rindió muchísimo y nos regalaron un tremendo pailón pero ya nos lo hemos acabado. Les quedó buenísimo a pesar de ser la primera vez. Ojalá lo vuelvan a hacer, pero ella me cuenta que fue como la comiquita del Aprendiz de Brujo. Cuando empezaron no sabían que iban a pasar 24 horas ajetreadas recolectando e hirviendo savia sin parar.



Lo del celery embarrado es homenaje a mi suegra, que le gustan el celery con mantequilla de maní y pasas. Eso lo llaman, "ants on a log." (hormigas sobre un tronco.= A mi nunca me ha gustado la mantequilla de maní, pero teniendo en cuenta de que mis hijos son gringos y que la mantequilla de maní tiene mucha nutrición, les preparaba a mis hijos sus "ants on a log" y los veía comérselos.

Recientemente hice tapenade con aceitunas negras, y se me ocurrió que serviría como el plato aquel, pero como ven, en lugar de parecer hormigas encaramadas, más bien me salió el celery embarrado.




Tapenade de aceitunas


  • 1 taza de aceitunas deshuesadas (yo usé las negras griegas que son súper saladas)
  • 2 cdas. de alcaparras
  • 2 cdas. de ajo
  • 1/4 taza de perejil



  1. Se pone todo en una licuadora o en un procesador, y se licúa hasta que se forme una pasta uniforme. Si sale demasiado espesa, se puede agregar un poquito de aceite de oliva. 

Uma amiga una vez me hizo un tapenade rústico, con los mismos ingredientes, pero en lugar de licuarlos, los picó todos muy menudito. Uso aceitunas verdes rellenas y le quedó muy lindo. 

Esta receta también del libro de Mickey Trescott, the Autoimmune Paleo Diet.

miércoles, 16 de julio de 2014

Salvavidas

Mi marido ha trabajado como salvavidas en las playas de Cape Cod por 20 años. Empezó cuando estaba en la universidad, durante sus vacaciones de verano. Después de graduarse con título en Business Administración, trabajó en la industria de pavimentación y dejó de tener vacaciones de verano, pero cuando perdió el cargo en la reestructuración de su empresa, volvió a la universidad para sacar una maestría en educación. Uno de los beneficios de ser maestro, y alguien diría hasta la razón para serlo, son los dos meses de vacaciones de verano.

Head of the Meadow Beach

Con sus vacaciones aseguradas, Scott volvió a su trabajo veraniego de salvavidas. Lleva 17 veranos desde que lo retomó. Eso nos ha permitido pasar nuestros veranos en uno de los lugares más hermosos de la costa oriental de los EEUU. Ya a mediados de marzo empezamos a soñar con las playas y nuestra vida de aquí, y me imagino que nada cambiará el marzo que viene cuando estemos en Egipto.

CCNS Junior Lifeguard Program

Todos los años, los salvavidas tienen que demostrar que están en buena condición física. Tienen una carrera de calificación que llaman el Run-Swim. Corren 750 yardas y nadan 550 yardas (No estoy segura de la distancia corrida, pero estamos muy claros con la nadada.) Scott se prepara con cuidado desde abril, nadando tres veces a la semana. No es sólo para la carrera de calificación sino para la temporada completa, pero tiene como orgullo quedar entre los primeros en el Run-Swim. Este año quedó de tercer lugar, muy bien teniendo en cuenta que los que terminaron antes de él tienen apenas 20 años. (Scott cumplió 51 en octubre.)

Still has it!

El domingo Michael cumple 15 años. El Cape Cod National Seashore Park tiene un programa de capacitación para salvavidas para jóvenes de 13 a 18 años. A partir de los 15 años, los participantes se gradúan con calificación de salvavidas y pueden trabajar. Michael hizo el programa el año pasado y éste año puede recibir su calificación si pasa los exámenes escritos y el Run-Swim.

CCNS Junior Lifeguard Program

Las clases son lunes, miércoles y viernes. La playa donde las dan es muy linda, y por lo general me quedo en la playa, a suficiente distancia como para no hacerlo pasar pena, pero mirando de vez en cuando.

CCNS Junior Lifeguard Program
Michael es el último a la derecha. Hay que admitir que ese día el agua estaba friísima y los muchachos salieron todos del agua con dentera. El dice que prefiere nada en un laguito que hay cerca de la casa porque ahí lo que hay son tortugas malhumoradas y no cangrejos agazapados. 
Aquí aclaro que mientras que a Michael le gustan muchos aspectos de nuestra vida veraniega, la playa no es su entorno favorito. No le gusta la arena, le tiene pavor a los cangrejos, le dan asco las algas, y no le gusta nadar en el agua fría y salada. De hecho, cuando me asomo a ver como van con las clases, Michael es fácil de ubicar. Es el que está tratando de que no lo toque el agua - ¡hasta cuando está nadando! Ni modo. Le toca sacar su calificación y el año que viene trabajará como salvavidas, ganando 19 dólares la hora. Eso vale el esfuerzo. Quien sabe. Tal vez de acá hasta allá aprenda a gustarle nadar.