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sábado, 1 de agosto de 2015

Hibernando en verano


Parece mentira que ya es 1ro de agosto. Cuando llegamos a EEUU en junio, estaba como en shock. El año escolar, que habíamos anticipado tanto por ser el triunfal regreso a Egipto tras 18 años, resultó ser dificilísimo. La transición después de 13 años en China fue dura. Nos sorprendió la feroz nostalgia que sentimos por nuestra vida en China, y por lo menos para mí los primeros seis meses fueron oscuros. 

Las cosas mejoraron en el segundo semestre a medida que fuimos ajustándonos pero igual, llegamos a las vacaciones de verano buen aporreados. 

El verano lo pasamos calladitas. Me hija se quedo con su tía Lisa en New Hampshire, montando caballos y así cumpliendo un sueño de ella. Me hijo se vino con nosotros y se quejó de lo pequeño de la casa camper y de la falta de Internet, y solo se acecinó a la paya en las noches en que tuvimos fogatas. 

Yo por supuesto pasé el verano leyendo, excepto por un día que Scott y Michael fueron a NH a buscar la camioneta picó, eso es cuento para otro día. 

Los dejo con unas pocas fotos de ilustración de mis actividades terapéuticas. 








jueves, 31 de julio de 2014

Hibernando en verano

Mis vacaciones en Cape Cod se me acabaron el domingo. Nos regresamos a casa de mi suegra en donde siempre pasamos los últimos días en preparación para la salida. Salimos mañana para Egipto y nuestra nueva aventura.
Caminos verdes
Desafortunadamente, a Egipto no se puede llegar caminando, ni siquiera por el camino de la playa de mi rutina diaria.


Este verano fue uno de hibernación. Pasé las cuatro semanas en Cape Cod siguiendo una dieta paleolítica con modificaciones para fortalecer mi sistema autoinmune, y por lo tanto, prácticamente todo lo que comí lo preparé yo. Normalmente salimos a comer mucho, pero con todas mis alergías es más fácil cocinar y comer en casa.

Camarones al ajillo
Una muestra de mis desayunos. Menos mal que no le tengo alergía a los mariscos. Eso sí, no me pude quitar el antojo que tenía por ostras, pero hay que dejar algo para el próximo año. 

No tuvimos a Andreína porque ella pasó casi todo el verano en NH, montando caballos con la tía y jugando con perros con mi suegra. Michael disfrutó de hijo único, y como a él le gusta jugar sus juegos de video y leer, fue muy tranquilo.

Dentro del camper
El rincón de Michael. Ahí tenía asiento y enchufe para los aparaticos. 
Además de que Michael es calladito, también estuvo haciendo un curso de capacitación de salvavidas tres veces a la semana. Cuando le tocaba el curso, yo me sentaba sola en la playa a leer, jugar entre las olas y tomar fotos en Instagram.

Michael salvavidas
Michael tiene camisa negra y gorra venezolana. 

Así que como ven, pasamos el verano hibernando, recuperándonos de la despedida china cargando pilas para Egipto, y acobijados en nuestra cueva de Cape Cod.

Vista desde el camper
La vista desde mi cueva, digo, el camper. 
La próxima entrada será desde Egipto. Mar salaama. (Adiós en árabe, según recuerdo de hace 18 años cuando fuimos por primera vez.)

miércoles, 16 de julio de 2014

Salvavidas

Mi marido ha trabajado como salvavidas en las playas de Cape Cod por 20 años. Empezó cuando estaba en la universidad, durante sus vacaciones de verano. Después de graduarse con título en Business Administración, trabajó en la industria de pavimentación y dejó de tener vacaciones de verano, pero cuando perdió el cargo en la reestructuración de su empresa, volvió a la universidad para sacar una maestría en educación. Uno de los beneficios de ser maestro, y alguien diría hasta la razón para serlo, son los dos meses de vacaciones de verano.

Head of the Meadow Beach

Con sus vacaciones aseguradas, Scott volvió a su trabajo veraniego de salvavidas. Lleva 17 veranos desde que lo retomó. Eso nos ha permitido pasar nuestros veranos en uno de los lugares más hermosos de la costa oriental de los EEUU. Ya a mediados de marzo empezamos a soñar con las playas y nuestra vida de aquí, y me imagino que nada cambiará el marzo que viene cuando estemos en Egipto.

CCNS Junior Lifeguard Program

Todos los años, los salvavidas tienen que demostrar que están en buena condición física. Tienen una carrera de calificación que llaman el Run-Swim. Corren 750 yardas y nadan 550 yardas (No estoy segura de la distancia corrida, pero estamos muy claros con la nadada.) Scott se prepara con cuidado desde abril, nadando tres veces a la semana. No es sólo para la carrera de calificación sino para la temporada completa, pero tiene como orgullo quedar entre los primeros en el Run-Swim. Este año quedó de tercer lugar, muy bien teniendo en cuenta que los que terminaron antes de él tienen apenas 20 años. (Scott cumplió 51 en octubre.)

Still has it!

El domingo Michael cumple 15 años. El Cape Cod National Seashore Park tiene un programa de capacitación para salvavidas para jóvenes de 13 a 18 años. A partir de los 15 años, los participantes se gradúan con calificación de salvavidas y pueden trabajar. Michael hizo el programa el año pasado y éste año puede recibir su calificación si pasa los exámenes escritos y el Run-Swim.

CCNS Junior Lifeguard Program

Las clases son lunes, miércoles y viernes. La playa donde las dan es muy linda, y por lo general me quedo en la playa, a suficiente distancia como para no hacerlo pasar pena, pero mirando de vez en cuando.

CCNS Junior Lifeguard Program
Michael es el último a la derecha. Hay que admitir que ese día el agua estaba friísima y los muchachos salieron todos del agua con dentera. El dice que prefiere nada en un laguito que hay cerca de la casa porque ahí lo que hay son tortugas malhumoradas y no cangrejos agazapados. 
Aquí aclaro que mientras que a Michael le gustan muchos aspectos de nuestra vida veraniega, la playa no es su entorno favorito. No le gusta la arena, le tiene pavor a los cangrejos, le dan asco las algas, y no le gusta nadar en el agua fría y salada. De hecho, cuando me asomo a ver como van con las clases, Michael es fácil de ubicar. Es el que está tratando de que no lo toque el agua - ¡hasta cuando está nadando! Ni modo. Le toca sacar su calificación y el año que viene trabajará como salvavidas, ganando 19 dólares la hora. Eso vale el esfuerzo. Quien sabe. Tal vez de acá hasta allá aprenda a gustarle nadar. 

sábado, 12 de julio de 2014

No todo es comer




Les avisé al comienzo del verano que estaría montando muchas recetas, pero no vayan a pensar que lo único que he hecho desde que llegamos a la playa ha sido cocinar y comer. Estamos disfrutando de la playa como siempre, re-descubriendo nuestras actividades favoritas. Nos quedan dos semanas y vamos a disfrutarlas a lo máximo.

Lo que andamos haciendo además de comer:
  • jugando en la casa camper
  • organizando fogatas en la playa con nuestros amigos del verano
  • visitando la biblioteca
  • trabajando (Scott)
  • empezando a trabajar (Michael)
  • leyendo (todos)
  • recogiendo blueberries
  • caminando
  • nadando y bugibordeando 
  • alimentando pajaritos detras de la casa camper
  • echando de menos a Andreína
Resulta que Andreína se fue a New Hampshire a visitar a su tía que tiene caballos y no regresa hasta el 18 de julio. Nos alegra que tenga esa oportunidad porque ella es jinete de nacimiento, pero nos hace falta. La casita camper está calladita.

lunes, 29 de julio de 2013

Y nos vamos otra vez

Salimos para China mañana de madrugada. Tenemos la esperanza de que sea el último año allá y que no veamos éste puente hasta agosto.



El puente es el Sagamore Bridge, el cual une a Cape Cod con el resto del estado de Massachussetts. El abuelo de Scott trabajó en su construcción. La compañía de él armó los pilones reinforzados que mantienen el puente. Cada vez que pasamos por el puente, Scott se persigna y encomienda a Grandpy Lavelli al cuidado de Dios.

Cuando pasamos el viernes en la noche estaba lloviendo. Podríamos suponer que es un mensaje del cielo, que los ángeles están tristes que nos vamos de Cape Cod, pero en realidad, cuando pasamos en dirección contraria en junio también estaba lloviendo así que no, es simple accidente meteorológico. Igual, me salió bonita la foto tomada y editada con mi teléfono.


Para que se ubiquen. Pasamos el verano en el pueblo de Truro que es tan pequeño que el número 6, el de la autopista, lo cubre completamente. 

Escribo de nuevo del otro lado del planeta. Hasta entonces.

martes, 9 de julio de 2013

Hay de todo

Hoy cumplimos dos semanas en la casa camper. A excepción de una noche donde pasamos calor hereje, ha sido toda una aventura. Ya hemos aprendido a convivir de cerquita, algunos con más paciencia que otros (Sí, Andreína es contigo. Deja a tu hermano tranquilo que no es culpa de él que tenga las piernas tan requete largas.)

La camper está estacionada a la pata de una colinita que nos da sombra y que además nos dará frutas. 

Moras. 



Blueberries - lo siento que la foto no salió bien enfocada



Uvas de playa



Mafafa - o por lo menos se parece mucho a marihuana - tampoco que la vamos a cosechar si fuese, o si hubiese más que esta sola matica. 



Como ven, hay de todo. Ahora a recordarle a mis hombres que cuando orinen detrás de la camper, porque son hombres y como les gusta mear contra un árbol, apunten al árbol y no las frutas. 

sábado, 6 de julio de 2013

Playeros

Estamos disfrutando de la playa como nunca -- porque la casa camper es demasiado acalorada durante el día.

Vamos a llegar a China irreconocibles de lo bronceados que estaremos. A la ayee no le va a gustar. Me va a regañar por haberle quemado la tez blanca de Michael. Ni modo, en la playa hay brisa y frescura, y además, nos toca un tremendo puesto de estacionamiento.  

martes, 12 de julio de 2011

En Cape Cod hay una liga veraniega de beisból. Los jugadores son todos universitarios. Es una liga excelente y hay muchos "graduados" que juegan en las Grandes Ligas. Por ejemplo, Nomar Garciaparra es ex-alumno de la liga.

El equipo más cercano para nosotros es el de Orleans. (Donde jugó Garciaparra.) Hasta hace un par de años se llamaba los Cardenales de Orleans, pero la organización de las Grandes Ligas decidió que si querían usar ese nombre tendrían que pagar regalías y ahora el equipo son los pájaros de fuego, Firebirds. Más o menos cuando cambió el nombre, Scott anotó a Michael en la lista de espera para ser bat boy del equipo. Este año se cumplió el sueño de Scott y nos llamaron a preguntar si todavía estábamos interesados.

El más emocionado es Scott. Siempre quiso ser pelotero profesional pero la vida conspiró contra él y le negó la gloria en el campo de beisból, dándole en su lugar la gloria de tenernos a nosotros. A Michael le gusta. No es que le guuuuuusta, pero le gusta. Su parte favorita es pararse con el equipo al principio para cantar el himno nacional. Por cierto que cuando lo llevábamos al primer juego, a los 10 minutos de llegar al campo, Scott le explicó lo que tendría que hacer durante el himno nacional y ahí fue cuando nos dimos cuenta que el niño no se sabe el himno nacional de EEUU. Nos dió tiempo nada más de explicarle la letra y tararear la música, y ni modo, tendrá la temporada entera para aprenderlo bien. (Tampoco se sabe el himno nacional chino y el venezolano lo conoce solo como canción de cuna.)

Michael no conoce mucho el juego de beisból. El sabe que es el deporte favorito de su papá. Conoce las reglas porque en la primavera Scott ofreció una actividad extra-curricular después del colegio, justamente para que Michael aprendiera a jugar. En China vamos a juegos de pelota de la liga china profesional, pero los niños lo que hacen es jugar en las gradas y no lo prestan mucha atención al juego. Total es que menos mal que hay más de un bat boy en cada juego y que los jugadores lo ayudan también. ¿Quién sabe? Dentro de 10 años estará viendo un partido en televisión y podrá decir que aquel pelotero le enseño a distinguir aquella técnica.

Y yo, ¿qué pito toco aquí? Ser mamá pelotera: manejar por todo Cape Cod para llevarlo a los juegos, lavarle el uniforme, prepararle la merienda que comparte con el otro bat boy y la mitad del equipo, fotografiarlo y documentar en la bitácora, ah, y ¡enseñarle a cantar los himnos nacionales!