jueves, 31 de julio de 2014

Hibernando en verano

Mis vacaciones en Cape Cod se me acabaron el domingo. Nos regresamos a casa de mi suegra en donde siempre pasamos los últimos días en preparación para la salida. Salimos mañana para Egipto y nuestra nueva aventura.
Caminos verdes
Desafortunadamente, a Egipto no se puede llegar caminando, ni siquiera por el camino de la playa de mi rutina diaria.


Este verano fue uno de hibernación. Pasé las cuatro semanas en Cape Cod siguiendo una dieta paleolítica con modificaciones para fortalecer mi sistema autoinmune, y por lo tanto, prácticamente todo lo que comí lo preparé yo. Normalmente salimos a comer mucho, pero con todas mis alergías es más fácil cocinar y comer en casa.

Camarones al ajillo
Una muestra de mis desayunos. Menos mal que no le tengo alergía a los mariscos. Eso sí, no me pude quitar el antojo que tenía por ostras, pero hay que dejar algo para el próximo año. 

No tuvimos a Andreína porque ella pasó casi todo el verano en NH, montando caballos con la tía y jugando con perros con mi suegra. Michael disfrutó de hijo único, y como a él le gusta jugar sus juegos de video y leer, fue muy tranquilo.

Dentro del camper
El rincón de Michael. Ahí tenía asiento y enchufe para los aparaticos. 
Además de que Michael es calladito, también estuvo haciendo un curso de capacitación de salvavidas tres veces a la semana. Cuando le tocaba el curso, yo me sentaba sola en la playa a leer, jugar entre las olas y tomar fotos en Instagram.

Michael salvavidas
Michael tiene camisa negra y gorra venezolana. 

Así que como ven, pasamos el verano hibernando, recuperándonos de la despedida china cargando pilas para Egipto, y acobijados en nuestra cueva de Cape Cod.

Vista desde el camper
La vista desde mi cueva, digo, el camper. 
La próxima entrada será desde Egipto. Mar salaama. (Adiós en árabe, según recuerdo de hace 18 años cuando fuimos por primera vez.)

viernes, 18 de julio de 2014

Panquecas de plátano y celery embarrado

Les comenté hace unos días que intenté hacer panquecas de plátano con una receta de Carola, pero que me quedaron más bien como croquetas por no seguir la receta correctamente. Pues, ahora sí hice las panquecas como es y quedaron muy ricas.

El jarabe de maple que usé lo hizo mi cuñada, con savia de sus propios maples. Aparentemente les rindió muchísimo y nos regalaron un tremendo pailón pero ya nos lo hemos acabado. Les quedó buenísimo a pesar de ser la primera vez. Ojalá lo vuelvan a hacer, pero ella me cuenta que fue como la comiquita del Aprendiz de Brujo. Cuando empezaron no sabían que iban a pasar 24 horas ajetreadas recolectando e hirviendo savia sin parar.



Lo del celery embarrado es homenaje a mi suegra, que le gustan el celery con mantequilla de maní y pasas. Eso lo llaman, "ants on a log." (hormigas sobre un tronco.= A mi nunca me ha gustado la mantequilla de maní, pero teniendo en cuenta de que mis hijos son gringos y que la mantequilla de maní tiene mucha nutrición, les preparaba a mis hijos sus "ants on a log" y los veía comérselos.

Recientemente hice tapenade con aceitunas negras, y se me ocurrió que serviría como el plato aquel, pero como ven, en lugar de parecer hormigas encaramadas, más bien me salió el celery embarrado.




Tapenade de aceitunas


  • 1 taza de aceitunas deshuesadas (yo usé las negras griegas que son súper saladas)
  • 2 cdas. de alcaparras
  • 2 cdas. de ajo
  • 1/4 taza de perejil



  1. Se pone todo en una licuadora o en un procesador, y se licúa hasta que se forme una pasta uniforme. Si sale demasiado espesa, se puede agregar un poquito de aceite de oliva. 

Uma amiga una vez me hizo un tapenade rústico, con los mismos ingredientes, pero en lugar de licuarlos, los picó todos muy menudito. Uso aceitunas verdes rellenas y le quedó muy lindo. 

Esta receta también del libro de Mickey Trescott, the Autoimmune Paleo Diet.

miércoles, 16 de julio de 2014

Salvavidas

Mi marido ha trabajado como salvavidas en las playas de Cape Cod por 20 años. Empezó cuando estaba en la universidad, durante sus vacaciones de verano. Después de graduarse con título en Business Administración, trabajó en la industria de pavimentación y dejó de tener vacaciones de verano, pero cuando perdió el cargo en la reestructuración de su empresa, volvió a la universidad para sacar una maestría en educación. Uno de los beneficios de ser maestro, y alguien diría hasta la razón para serlo, son los dos meses de vacaciones de verano.

Head of the Meadow Beach

Con sus vacaciones aseguradas, Scott volvió a su trabajo veraniego de salvavidas. Lleva 17 veranos desde que lo retomó. Eso nos ha permitido pasar nuestros veranos en uno de los lugares más hermosos de la costa oriental de los EEUU. Ya a mediados de marzo empezamos a soñar con las playas y nuestra vida de aquí, y me imagino que nada cambiará el marzo que viene cuando estemos en Egipto.

CCNS Junior Lifeguard Program

Todos los años, los salvavidas tienen que demostrar que están en buena condición física. Tienen una carrera de calificación que llaman el Run-Swim. Corren 750 yardas y nadan 550 yardas (No estoy segura de la distancia corrida, pero estamos muy claros con la nadada.) Scott se prepara con cuidado desde abril, nadando tres veces a la semana. No es sólo para la carrera de calificación sino para la temporada completa, pero tiene como orgullo quedar entre los primeros en el Run-Swim. Este año quedó de tercer lugar, muy bien teniendo en cuenta que los que terminaron antes de él tienen apenas 20 años. (Scott cumplió 51 en octubre.)

Still has it!

El domingo Michael cumple 15 años. El Cape Cod National Seashore Park tiene un programa de capacitación para salvavidas para jóvenes de 13 a 18 años. A partir de los 15 años, los participantes se gradúan con calificación de salvavidas y pueden trabajar. Michael hizo el programa el año pasado y éste año puede recibir su calificación si pasa los exámenes escritos y el Run-Swim.

CCNS Junior Lifeguard Program

Las clases son lunes, miércoles y viernes. La playa donde las dan es muy linda, y por lo general me quedo en la playa, a suficiente distancia como para no hacerlo pasar pena, pero mirando de vez en cuando.

CCNS Junior Lifeguard Program
Michael es el último a la derecha. Hay que admitir que ese día el agua estaba friísima y los muchachos salieron todos del agua con dentera. El dice que prefiere nada en un laguito que hay cerca de la casa porque ahí lo que hay son tortugas malhumoradas y no cangrejos agazapados. 
Aquí aclaro que mientras que a Michael le gustan muchos aspectos de nuestra vida veraniega, la playa no es su entorno favorito. No le gusta la arena, le tiene pavor a los cangrejos, le dan asco las algas, y no le gusta nadar en el agua fría y salada. De hecho, cuando me asomo a ver como van con las clases, Michael es fácil de ubicar. Es el que está tratando de que no lo toque el agua - ¡hasta cuando está nadando! Ni modo. Le toca sacar su calificación y el año que viene trabajará como salvavidas, ganando 19 dólares la hora. Eso vale el esfuerzo. Quien sabe. Tal vez de acá hasta allá aprenda a gustarle nadar. 

sábado, 12 de julio de 2014

No todo es comer




Les avisé al comienzo del verano que estaría montando muchas recetas, pero no vayan a pensar que lo único que he hecho desde que llegamos a la playa ha sido cocinar y comer. Estamos disfrutando de la playa como siempre, re-descubriendo nuestras actividades favoritas. Nos quedan dos semanas y vamos a disfrutarlas a lo máximo.

Lo que andamos haciendo además de comer:
  • jugando en la casa camper
  • organizando fogatas en la playa con nuestros amigos del verano
  • visitando la biblioteca
  • trabajando (Scott)
  • empezando a trabajar (Michael)
  • leyendo (todos)
  • recogiendo blueberries
  • caminando
  • nadando y bugibordeando 
  • alimentando pajaritos detras de la casa camper
  • echando de menos a Andreína
Resulta que Andreína se fue a New Hampshire a visitar a su tía que tiene caballos y no regresa hasta el 18 de julio. Nos alegra que tenga esa oportunidad porque ella es jinete de nacimiento, pero nos hace falta. La casita camper está calladita.

miércoles, 9 de julio de 2014

Peras asadas con jenjibre y canela

Sigo probando recetas del libro The Autoimmune Paleo Cookbook de Mickey Trescott. Hasta ahora todas han salido bien, excepto por una que ella llama concentrado de coco. Se supone que uno pone cuatro tazas de coco rallado con 1 cucharada de aceite de coco. Según la receta, después de licuar en una licuadora por cinco minutos, se formará una pasta. Yo lo intenté y lo único que obtuve fue una licuadora caliente y el mismo coco rallado con el que empecé pero sin trazas del aceite de coco. Hmmmm. Será que ella tiene una super licuadora.

Lo que sí función de maravilla fue una receta para peras asadas con jengibre y canela. Me imagino que con manzanas sale igual de bien, pero le tengo alergía a las manzanas.

(Pausa mientras que ustedes piensan, ¿Qué? ¿A las manzanas? ¿Cómo se le puede tener alergía a las manzanas? Fin de pausa.)

(Y sí, es un escándalo tenerle alergía a las manzanas. Créanme que cada vez que veo una manzana me pregunto cómo es posible.)


La primera vez que las hice fue en una de nuestras fogatas en la playa. Las envolví bien en papel de aluminio y las pusimos bien cerquita a las llamas, pero no se cocinaron suficientes y quedaron un poco duritas, aunque con muy buen sabor. Las intenté de nuevo ayer y quedaron de rechupete. Ayer me comí una de postre recién salida del horno y la otra cuando regresamos de un partido de pelota a las 3 horas. Me la comí fría y me supo hasta mejor. 

Aquí la receta, adaptada de la original y con mis comentarios entre paréntesis.

Peras asadas con jenjibre y canela
  • 2 peras, lavadas, cortadas por la mitad y despepitadas (¿Así se dice?)
  • 1 cda. de aceite de coco
  • 1/4 cdta. de canela (la receta pide 1/8 pero no hay que ser mezquino)
  • 1/4 cdta. de jenjibre rallado (bueno, mentira, no sé si fue 1/4 de cdta. Rallé un trozo de jenjibre como de 1/2 cm.)(La receta no dice pero la medida original es 1/8 cdta asi que tal vez ella la prepara con jengibre en polvo.)
  • el jugo de 1/2 limón
  • pizca de sal
  1. Se frotan las peras con el limón.
  2. Se mezcla la canela en polvo con el jenjibre y la sal, y se embadurra la cara cortada de las peras con la mezcla. 
  3. Se le rocía con el aceite de coco, por todos lados. 
  4. Se meten al horno precalentado a 175 grados C, y se asan descubiertas por 30 minutos. 
El recetario dice que se pueden hacer con manzanas, pero estoy pensando que tal vez con duraznos saldría muy bien también.  También creo que se podría usar mantequilla en lugar del aceite de coco. Inténtenlo y me dicen.


martes, 8 de julio de 2014

Cuatro recetas para plátanos

Cuando estoy en EEUU aprovecho a comer plátano. En China no lo conseguía, y me imagino que en Egipto tampoco habrá. Gracias a la comunidad jamaiquina en Provincetown, encuentro plátanos en el automercado de aquí. A mi marido le gustan, a mis hijos no tanto. Mejor, más para mí.

Hace muchos años en Caracas, tomé clases de cocina en La Era de Acuario, un restaurante vegetariano y macrobiótico. En una de las clases, la nieta de la chef entró a la cocina y ella le dio unas bolitas de plátano para que merendara. No fue uno de los platos que aprendimos en el curso, pero la chef nos explicó como hacerlas, súper fácil. Hoy los recordé y los preparé con cocó en lugar de las semillas de ajonjolí que ella usó.

Bolitas de plátano y coco

   1 plátano maduro

   agua en una olla hasta el primer nudillo del dedo gordo

   azúcar o endulzante al gusto (azúcar no es paleo, pero si no tienen problemas con la comida no importa.)

    1/4 a 1/2 taza de coco rallado sin endulzar

1. Se mezcla el azucar (yo usé sirope de maple porque es lo que tenía) con el agua y se pone a hervir.

2. Se pela el plátano y se corta en rodajas que se agregan al agua.

3. Sancochar hasta que las rodajas estén suavecitas.

4. Se vierte el agua y se trituran el plátano para formar un puré.

5. Se forman bolitas con el puré y se pasan por el coco rallado.


El puré estará caliente pero tampoco tanto que no se puede manipular. Me imagino que se podría esperar un poco, pero yo tenía mucho antojo de merendar con el plátano.

Aquí una foto maluca de las bolitas. Es dentro de la casa camper una noche que estaba lloviendo, o sea, una foto horrible.


Las bolitas quedaron ricas, sin estar demasiado dulces, así como le gustan a mi papá así que lo llamé para contarle. Me contestó mi mamá, que me pasó ésta receta de algo que ella llama maniú o mañu. Ella me corregirá en los comentarios. Creo que es algo que aprendió en República Dominicana.

Mañú de Maritza

   2 tazas de puré de plátano (preparado como en la receta anterior pero sin azúcar)

   rodajas de jamón y queso blanco al gusto

   cebolla morada, en rodaja y cocidas hasta suavizar

   sal al gusto

1. Se mezcla todo, hasta que se derrita el queso. 


Ya. Fue una receta corta, por teléfono. Como estoy evitando los lácteos se me ocurre que lo podría hacer con tocineta y cebolla, y tal vez espinaca cocida. Hmmmm. A experimentar.

Después de hablar con mi mamá, me pasó a mi papá, que también tenía una receta para mí, aún más cortica.

Plátanos en el microondas a lo Daniel Crespo

1 platano, pelado y en trozos

1 microondas

1. Cocinar el plátano en el microondas, pelado y en trozos, por 2 minutos. Disfrutar caliente cuidando que el paladar no se queme. (Esta última advertencia la agrego para alargar un poquito la receta porque de veras, más corta no podría ser.)


Casualmente cuando estaba redactando ésta entrada, encontré ésta receta para panquecas de plátano por una compañera del Orfeón de la USB. Tiene una bitácora dedicada a las recetas paleo y sin glúten. Ella no tiene problema con los huevos, así que para yo hacerla, reemplazo el huevo con una cucharada de semillas de linaza molidas con 1/4 de taza de agua tibia.

El único problema con las panquecas cuando yo las hice fue que no tenía la receta a la mano, y la hice con los ingredientes que recordaba: plátanos y linaza, o sea que en lugar de tener panquecas, me salieron como croquetas. Muy ricas también aunque tenía un hambre galopante cuando las hice así que me hubiesen sabido a gloria no importa como salieran. Tanta hambre que se me olvidó tomarles fotos antes de comer.

Croquetas de plátano 

   1 platano maduro - mientras más maduro mejor
   1 cucharada de semilllas de linaza molidas en 1/4 de agua tibia, ligeramente batidas
   1 pizca de sal
   aceite para freir

1. Se tritura el plátano y se mezcla bien con mitad de mezcla de linaza. Si queda muy gruesa, se puede agregar más agua de linaza.
2. Se forman croquetas y se frien en aceite de oliva, hasta dorar por ambos lados, unos tres minutos. 

Bueno, se me abrió el apetito. A buscar más plátanos. 

sábado, 5 de julio de 2014

Ensalada manoseada y menú cavernícola


Le tengo alergía a muchos alimentos. (Ya estarán cansados de que se los recuerde.) No es de la alergía que produce crisis anafiláctica. Más bien comer ciertos alimentos me producen indigestión muy fuerte y se me brota la piel. También me da ansiedad. Dejé de comer trigo hace casi cuatro años y eso ayudó bastante pero también debería evitar los lácteos, los huevos, las papas, los tomates, berenjenas, ajonjolí y las levaduras.

Tengo tiempo cocinando sin glúten, pero los malestares no se me quitan por completo, así que me he resuelto adoptar una dieta cavernícola en serio. Como estaba en tránsito por las últimas tres semanas, preferí empezar éste lunes, ahora que estamos en la casa camper y no tenemos que mudarnos hasta el fin de julio.

Me armé con un recetario llamado el Autoimmune Paleo Cookbook. La dieta paleolítica elimina los cereales, los granos y edulcorantes. Los que sufrimos de trastornos del sistema inmunológico también debemos evitar huevos, lácteos, y los vegetales solanáceos: tomate, papas, berenjenas, pimentones y ajíes. Suena como que no me queda nada para comer, pero en realidad, éstos tres días, he comido muchísimo.

Lunes
   desayuno - fruta solamente porque me tocaba ir a hacer mercado
   almuerzo - hamburguesas dos hierbas (romero, tomillo) con ensalada verde
   cena - ensalada de atún con mayonesa hecha a base de coco

Martes
   desayuno - las hamburguesas que sobraron de ayer con aguacate
   almuerzo - enrolladitos de lechuga rellenos de ensalada de atún
   costillas de cordero con espinacas (en un restaurante en Boston. ¡Tengo que aprender a cocinarlas! Me encantan. ¡Avisado, corderitos!

Miércoles
   desayuno - hamburguesas de cordero con ensalada verde
   almuerzo - pollo a la plancha al ajillo y ensalada manoseada* de col rizada
   cena - pollo a la parilla con limón y ajo, ensalada manoseada del almuerzo, espárragos y aceitunas

Para picar entre comidas, como fruta, celery o zanahorias. Estamos en temporada de cerezas y estamos disfrutando de ellas como nunca. También tomo té y jugos de cranberry (arándano) y de naranja. Se supone que se evitan los jugos porque no tienen mucho valor nutritivo, pero a veces me hace falta un dulcito en la boca y con los jugos mato el antojo.

Como ven, estoy comiendo bien. Desafortunadamente sigue mi indigestión y todavía no puedo decir que es menos. Tengo esperanzas de que se mejore en las próximas semanas. También espero rebajar un poco pero no tengo donde pesarme hasta que regrese a casa de mi suegra antes de que salgamos para Egipto. Sabré

Lo que no me gusta de esto es que hay que estar pensando en comida todo el tiempo, preparándose para las próximas comidas cuando todavía se está comiendo la presente. Mi familia me apoya, pero no se animan a comer completamente como yo, así que después de pensar en lo que voy a preparar para mí, tengo que pensar que darles que ellos coman también. Es todo un proceso y me faltan por lo menos dos semanas antes de ver los resultados. Suspiro.

Una amiga tiene un blog con recetas paleo. Hay muchas que no puedo probar por lo de las alergías, pero todas se ven muy saludables.  https://sanasingranos.wordpress.com

Paleo dinner
La luz a la izquierda es la vela de citronella para espantar a los mosquitos

*La ensalada manoseada es precisamente así. La receta dice que se le agregan 2 cucharadas de aceite de oliva a 4 tazas de col rizada. (Yo nada más use 2 tazas.) Se le agrega la sal, y luego "se manipula por 5 o 10 minutos hasta que la col se desmenuce." 5 minutos es mucho tiempo para tener las manos metidas en un ból de col. Yo aguanté 3 minutos nada mas y me parece que quedó bien. Después de manosear, se le agregan rodajas de pepino y cebolla morada - que yo no agregué porque a mi marido no le gusta la cebolla. Se la podría haber agregado. El ni miró la ensalada. Preferirió los espárragos.

Actualización del sábado: Esta entrada la redacté el jueves en la mañana pero no tengo Internet en la casa camper, así que no la publiqué hasta hoy. Así sera todo el verano, publicación en diferido.

Por cierto, la ensalada manoseada rinde muchísimo. Por fín me la terminé ésta mañana. ¡Menos mal que solo usé dos tazas de col! De haber seguido la receta al detalle, estaría verde ya.

martes, 1 de julio de 2014

De cambios y chocolates

Pasamos la semana pasada en Miami, visitando a mis papás y mis hermanos. Fue una semana muy linda. Comí mucha comida rica, pasé muchos momentos lindos con la familia, y disfruté mucho en general.

Pero...

Siempre pendiente de que mis vagaciones no iban a empezar en realidad hasta que regresáramos a la playa en Cape Cod.

Llegamos el sábado a medianoche, y el domingo lo pasé todo el día desempacando y organizando. Estamos de nuevo en una casa camper, esta vez nuestra. La compramos con mi cuñada y la estamos estrenando este verano. Es 3 metros más larga que la del año pasado, y de veras que cuentan esos tres metros. Además, tenemos electricidad, agua y desagüe además de aire acondicionado. Además, el puesto que nos dieron tiene muchos árboles que le dan sombra, o sea que es un palacio. Estamos muy a gusto.

Una vez que tenía la camper acomodada, salí a arreglar el resto de la vida. Me encontré con varios cambios:
  • el abasto de la esquina lo han convertido en una delicatessen frou frou. Un pote de salsa ketchup y una cabeza de lechuga me costó 10 dólares!!!! Antes me hubiese costado la mitad, aunque es cierto que la ketchup podría haber estado en el abasto desde que lo abrieron hace 60 años. 
  • pedir un permiso para hacer fogata en la playa ahora es computarizado. Muy eficiente, sí, pero a mí me gustaba ser la que iba a hacer cola desde las 3 hasta las 4 pm cuando abrían la taquilla en la tarde del día que queríamos hacer la fogata. Era un pequeño sacrificio que me sacaba de la casa y me libraba de otras responsabilidades. Ahora cualquiera lo puede hacer desde el sofá. No soy especial. 
  • la casa en ruinas de la calle principal es ahora una chocolatería. Uyyyy. Justamente tenían que abrir una tienda de chocolates cuando me he puesto a dieta de eliminación por las alergías. Lástimas que lo de las alergías es serio, o tendría que romper con ella de inmediato. 
Lo que si no cambia es lo bello y tranquilo que es aquí. En el avión desde China, leí un artículo en la revista de la línea aérea sobre la reacción química que se produce en el cerebro cuando presenciamos un paisaje hermoso. Resulta que el cuerpo libera serotonina, un neurotransmisor asociado con las sensaciones de placer. Por cierto que comer chocolate también produce serotonina. 

Para llegar a la playa donde trabaja Scott, hay que subir una pequeña duna. Desde la cumbre se ve playa, océano y cielo, mi trifecta favorita, y ahí en la cumbre de la duna, le dí la razón a los científicos. La próxima vez que me dé antojo de la chocolatería, me iré a la playa para recibir mi dosis de serotonina. 

Head of the Meadow Beach