miércoles, 17 de octubre de 2012

Zanahoria frita

Tengo 12 años en China y creo que estoy bastante aclimatizada. Me quito los zapatos al entrar a mi casa, el agua me la tomo caliente, y no como helado durante el invierno, le doy paso a las bicicletas. Ya casi no me sobresalto cuando escucho triquitraquis y anticipo el año nuevo lunar con igual anhelo que la Navidad.

Aún así, de vez en cuando me doy duro contra la pared cultural que me separa de los chinos. Es una pared formada por axiomas fundamentales. Uno de éstos axiomas para los chinos es que la comida es medicina.

En China, todos saben exactamente el alimento indicado para cada problema físico. Si mi ayee ve que Michael está tociendo mucho, jugo de pera con él. Si Andreína tiene fiebre, sopa de arroz y pastillitas de anís. Si ella tiene resfriado, picante. Es un recetario casi a nivel de instinto que le permite al chino enfrentar cualquier enfermedad. Le tienen mucha confianza a la medicina alopática también, pero al final del día lo que cuenta es la comida.

A mí me cuesta entenderlo. ¡Gong! Así me suena por dentro cuando choco contra la pared cultural o si alguien choca contra el lado mío. No tengo ese recetario ancestral programado en mis genes como lo tienen los chinos. Sí confío en la medicina oriental y naturista por encima de la alopática, y mi médico principal es mi acupunturista, la doctora Wang, pero no sé curarme con lo que como.

El martes acudí a un dermatólogo en la clínica privada donde el colegio nos tiene membresía. Tengo una ronchita que es el último vestigio de la dermatitis galopante que sufría antes de dejar de comer trigo. Deje de comer trigo hace dos años, o sea que la lesión lleva allá en mi brazo izquierdo dos años completos. Si la cubro con curitas por varios días  casi logro que se vaya, pero en cuanto me quito las curitas nuevamente brota. El problema es que las curitas también me producen alergía en la piel y no me las puedo dejar mucho tiempo.

Como era la primera vez que yo iba de paciente a la consulta a ésta clínica, tuve que completar una historia médica. Después de tomarme el pulso y la tensión, la enfermera me preguntó sí tenía alergías y le respondí con la lista completica (además de la alergía principal al trigo reacciono ante los lácteos, los huevos, la soya, el ajonjolí y 10 otros alimentos.) Ahí sonó el primer "¡Gong!" En China, la comida es sagrada. Ella anotó: "Alergías a la aspirina, la penicilina, y la comida." En realidad, es un resúmen muy exacto.

Entro a ver el dermatólogo. Me mira el brazo para observar la lesión y lo primero que me dice es,

- Tiene la piel muy reseca, (prepárense, queridos lectores, que aquí viene el choque contra la pared cultural). - Debe comer zanahorias fritas.

(((((((((((GONG))))))))))

¡¡¡¿¿Qué??!!! ¿Zanahorias fritas? No lo pude evitar, hice gesto de disgusto y el médico trató de explicarme que la vitamina A guachi guachi keratina guachi guachire resequedad guachi guachi albumen (o tal vez fue colágeno) guachi guachi gán.  La imágen de las zanahorias fritas no me permitía entender. 

- Bueno, entonces tome mucha leche, le escuché decir al médico cuando por fín me pude distraer de las zanahorias fritas. 

- Le tengo alergía a la leche, respondí.

- Pues coma mucho queso.

- También le tengo alergía al queso.

- Entonces coma el blanco del huevo.

- También le tengo alergía al huevo.

 (((((((((((GONG)))))))))) (esta vez el choque fue del chino)

- Ay, señora, va tener que comer zanahoria frita.

Ahora me da risa. Inténtenlo, digan en voz alta, "¡A comer zanahoria frita!" Ja ja ja ja JA JA JA. Vamos, es graciosísimo.

Resulta que lo que él me estaba tratando de decir es que tengo que comer alimentos ricos en beta-caroteno para mejorarme la piel y que la vitamina A la asimila mejor el cuerpo si se acompaña de lípidos. Felizmente, el lípido puede ser en forma de mantequilla o hummus o salsa vinagreta como de ensalada, y no tiene que ser exactamente frita. También me recetó unas cremas y anti-histamínico, pero lo que se me va a quedar conmigo para siempre serán las zanahorias fritas. 

Ya saben, para mejorar la piel, zanahoria frita.

 (((((((((((GONG)))))))))) (y ésta vez el choque es de la pobre zanahoria)

MINTY PYTHONS' FRYING CIRCUITS 5/52 

No tengo zanahorias en la casa, así que tuve que tomar prestada ésta muy ocurrente de flickr.com, compuesta por Neal Fowler.  

4 comentarios:

  1. jajajaja Me recordaste la excelente película de "Tomates verdes fritos"
    ¿De verdad que eres alérgica a todo ese poco de productos?
    ¿Y se beben el agua caliente? Puaaaggg!!!
    Yo que no puedo ni beberla fria...
    ¿Y de verdad que se fríen las zanahorias? ¿Con aceite?
    Bueno no hace tanto tiempo que los españoles ponían cara de alucine cuando les hablaba de lo delicioso que era el plátano frito...jajaja
    Besos y salud

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  2. Fitz, extrannaba tu humor!!!
    Que risa todo... Bueno, a freir zanahorias!

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  3. Aún no se me va la sonrisa de la cara. Que post más gracioso, y que cosa más interesante son los preceptos culturales. Desde que llegué a Canadá me llamó la atención que si quieres comprar zanahorias, pero pocas (como en Venezuela), es imposible. Venden paquetes como para alimentar conejos por 6 meses. Entonces me explicaron que en especial en invierno, cuando el sol no llega tan directamente, y al no recibir sus vitaminas, hay que compensar con zanahorias y vegetales. Ni modo.

    Un abrazo!!!

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  4. Genin: Sí, agua caliente porque fría hace daño. ¡Gong!
    Las zanahorias creo que no son fritas como un tequeño, creo que el médico quiso decir salteadas como en el chao mein o el arroz frito. Por lo menos así lo voy a interpretar yo.

    MC: Gracias, linda.

    Vero: Que gracioso, es verdad. No me había dado cuenta. En USA es igual.

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Ya no vivo tras la Gran Muralla Electrónica de China así que comenten mucho porque así celebro no tener más restricciones al Internet. Si tienen algún problema comentando, escríbanme a fitziane arroba mac punto com.