lunes, 17 de enero de 2022

Libros recomendados

 Recientemente una de las usuarias de mi biblioteca me pidió libros en español. Ella es suiza, pero a los cinco años su familia se mudó a Argentina. Habla español perfecto - y también francés e inglés. De Argentina se mudaron a EEUU cuando era adolescente y ahora, a los 80 y pico, quiere reencontrarse con el español. 

Yo confieso que no leo mucho en español. Se me hace más fácil conseguir libros en inglés, así que perdí la rutina, y por ello le pedí recomendaciones a mis amigas Carel  y Lidia, ambas lectoras insaciables. 

Aquí va una pequeña muestra de sus sugerencias. Ah, y debo detallar que la usuaria me dijo que ella prefería novelas basadas en hechos históricos. 

  • El hijo de la panadera, de Ines Montero
    • Bueno, de Ines Montero todo, me dijeron ellas
  • Falcó y El Italiano, de Arturo Pérez-Reverte
    • Otro autor que tiene muchos libros excelentes
  • La isla bajo el mar, de Isabel Allende
    • Ese lo leí, pero no me gustó mucho, pero a ellas sí
  • La otra isla, de Francisco Zuniaga
    • Autor venezolano. El libro es sobre un inmigrante en la isla de Margarita, en Venezuela. Novela policial
  • La mano de Fatima y La catedral del mar, de Federico Vega
    • También hay una sobre el barco en el que Miranda intentó libertar a Venezuela
  • La loca de la casa, de Rosa Morena
    • Nuevamente una autora de quién merece leerse todos los títulos

  
 




 





domingo, 9 de enero de 2022

Ensalada de gallina de Sumito

 Esta entrada la estoy escribiendo porque cuando le dije a mi hermana que siguiera la receta de Sumito que tiene en su canal de Youtube - y que es muy buena por cierto - ella se quejó que no era una receta sino un método. Tiene razón en realidad. 

En la descripción del video están los ingredientes pero es cierto que el procedimiento no está escrito. Como les he dicho aquí antes, a mí me gusta ver y escuchar a Sumito y no me importa repetir el video una y otra vez, pero para complacerla a ella, aquí voy con la receta. Esta transcrita aquí con mis modificaciones. 

Ingredientes para seis personas:

  • 1/2 gallina cocida en caldo* (yo uso pollo porque donde vivo es lo que hay)
  • 1 papa grande
  • 1 zanahoria
  • 1 manzana verde (aunque puede ser una manzana roja también, pero verde queda mejor)
  • 1 tallo de apio (celery)
  • 1/2 taza de guisantes
  • 3 cucharadas de mayonesa
  • 1 cucharada de mostaza
  • sal y pimienta al gusto
* Se cocina la gallina o el pollo previamente en agua con celery, zanahoria, cebolla, ajo porro y hojas de laurel, ah, y sal! A mí también me gusta agregarle un codito de jenjibre. 

Procedimiento
1. Se cortan todos los vegetales y la manzana en cubitos, tratando de que queden lo más homogéneos posible y también que sean de un tamaño que permita que en cada bocado haya algo de cada uno. 
2. Se remueve la gallina o el pollo del caldo, que se aparta para usarlo luego, y se pica también en cubitos. (Sumito dice que a la gente le gusta que la carne del muslo cortada en cubos y la carne de la pechuga desmenuzada, pero en realidad, a mi me gusta es la carne del muslo así que me ahorro la desmenuzada.)
3. Se cocinan la papa y la zanahoria en el caldo de la gallina hasta que estén suaves al diente pero todavía firme. Se escurren. 
4. Se mezcla la mayonesa con la mostaza. 
5. Se ponen todos los ingredientes en una fuente y se mezcla con cuidado de que la mayonesa lo cubra todo. 
6. Se deja enfriar. 

La ensalada de gallina dura unos días en la semana pero es mejor comérsela pronto. En mi casa, nunca es problema. 


Buen provecho. Sin foto la entrada porque no tuvimos el problema de que se volviera agria la ensalada. No duró mucho. 😂


P.D. ¡Esta es la primera entrada del 2022! Debí haberla montado en diciembre para los que están preparando su fiesta navideña pero entre trajín y trajín, no lo logré. Espero que el 2022 me llegue más inspiración.


viernes, 15 de octubre de 2021

Y ahora a empezar de nuevo

 La última entrada la llamé, “Se me va acabando.” La escribí en las últimas semanas de mi vida en Egipto como educadora internacional. Ahora ya estoy en mi nueva vida en EEUU. Tengo aquí desde agosto.

¿Saben esa sensación fantasma que le queda a uno cuando pasas horas en un carro o avión? ¿De que todavía te estás moviendo aunque te paraste hace tiempo? A veces me siento así, como un vertigo existencial. No es nada malo, simplemente es. 

Y bueno, a empezar de nuevo a los 55 años. Esta vez soy inmigrante. Es diferente a ser una maestra “expat”. No tengo un departamento de recursos humanos que me traduzca la cultura, y aunque conozco los EEUU y he vivido aquí, de vez en cuando siento el choque cultural del recién llegado. 

Estoy trabajando como bibliotecaria en dos bibliotecas. Una de ellas me gusta mucho. La otra no tanto mas que nada porque pagan poco y las horas son largas, pero me ocupa y me saca de la casa. En la biblioteca que no me gusta estoy aprendiendo mucho así que no todo es malo.

Mis hijos están felices: Andreína en su primer año de universidad y Michaelito en su último semestre. Consiguió trabajo en Google, después de hacer pasantía con la compañía durante el verano y se muda para Nueva York en febrero. Yo quería que estuviera en Boston para visitarlo a menudo, pero él me dice que después de un año puede pedir transferencia, y bueno, para la Gran Manzana viajaré. 

Mi marido tiene un contrato especial éste año con el colegio en Egipto. Trabaja 6 o 7 semanas y se viene por 3 semanas. Aquí se encarga de su papá, me ayuda a acompañar a su mamá, y disfruta de semi-vacaciones. Le gusta tanto que está pensando que en junio, al final del año escolar, cuando venga a vivir a tiempo completo aquí, va a buscar un trabajo de monitor de esquí y jubilarse de la educación. Cumple 60 años en octubre así que le toca. Yo tengo que trabajar por lo menos por cinco años más y le tengo envidia. 

Vivimos con mi suegra para acompañarla, en una casa al orilla del lago Winnepesauke. Mi rincón favorito es el comedor, desde donde puedo ver el lago y ahora en octubre, los árboles vestidos de otoño. Tengo la vida internacional almacenada en la caseta de nuestra casa alquilada y si algo cambiaría, es poder desempacar por completo y rodearme de mis cosas. Esta casa de mi suegra es amplia y cómoda, pero es de ella. No me quejo: la casa es bella y mi suegra es maravillosa pero sí, tal vez esa sensación de vertigo sería menor si me pudiera apoyar sobre mis cacharros empacados. 

martes, 25 de mayo de 2021

Se me va acabando

La vista desde mi biblioteca al jardín del colegio. Me encanta cuando las acacias flambayán están en flor.
Es mi última primavera en Egipto.

 

Esta entrada va a ser un poco dispersa porque estoy tratando de entender cómo me siento. Se me acaba la vida de educadora internacional. El 15 de junio me regreso a EEUU y en agosto, por primera vez desde 1996 no voy a montarme en un avión para regresar a trabajar en un colegio internacional. ¡25 años!

Mi trayectoria internacional:

  • El Cairo, Egipto:  1997-1998
  • Beirut, Líbano: 1998-2001
  • Tianjin, China: 2001-2014
  • El Cairo, Egipto: 2014-2021
Se cuenta rápido, pero, ¡qué de tiempos que hemos pasado! ¡Qué aventuras!

De Egipto me va a hacer falta:
  • comprarle limones al viejito de la esquina que me llama habibi 
  • ver las pirámides de Giza desde la autopista todos los fines de semana cuando llevo a mi hija a su clase de equitación
  • tener ayuda doméstica - aunque mi señora de servicio me saca de quicio con sus taradeces, le agradezco que me tiene la casa como tacita de plata
  • los pajaritos que cantan del árbol en la esquina. Son como 500s y cantan todo el día pero sobre todo para despertarme en la mañana
  • pedicuras baratísimas
Esos son pequeños detalles. Lo que voy a echar de menos de verdad es ser una maestra expatriada. Ya no voy a ser expat, sino inmigrante. Ser "expat" nos permitió un estilo de vida con muchos privilegios. Viajamos mucho y conocimos mucho. Tuvimos domésticas y choferes. Fuimos al cine, al teatro, al ballet, a conciertos con entradas VIP. Nos codeamos con embajadores, jefes de transnacionales, y la clase alta de los países donde vivimos. Tuvimos un estatus especial. 

Ahora voy a ser inmigrante, con toda la sensación de ajenidad que eso implica y sola. En los colegios internacionales, teníamos una camada de amigos expatriados y nos deleitábanos de nuestro estatus especial. Mi vida en un pueblito de New Hampshire será muy diferente. 

No me van a hacer falta los viajes de mi vida expat - si no me monto en un avión por un par de años seré feliz - pero sí me hará falta tener cocinera y chofer. Que alguien me lave la ropa y la planche y la guarde. Voy a comenzar la vida en un país nuevo - por más que EEUU sea conocido, he trabajado poco ahí - sin un departamento de recursos humanos que me explique las diferencias y pecularidades de la cultura. 

¿Si uno anticipa que va a sentir un choque cultural, pega menos?

martes, 12 de enero de 2021

Ceviche con Carel

 El ceviche de pescado siempre ha sido uno de mis pasapalos favoritos. En las fiestas en Caracas, mientras otros invitados estaban pendientes de los tequeños, yo siempre estaba atenta a la salida del ceviche. 

Si no lo conocen, el ceviche es un plato peruano en el que se "cocina" el pescado con jugo de limón. Pongo cocina entre comillas porque mi marido, que es de EEUU y a quien le gusta su carne bien cocida y con ketchup, insiste que está crudo. Pero no lo está, el ácido del limón curte el pescado y le da una textura completamente diferente. Es una cocción química. Agregarle cebolla, cilantro y ají transforma el pescado en una delicia inigualable. 

Aquí hay una receta peruana para ceviche de pescado. El ceviche se come en muchos países latinoamericanos, pero en Perú se le considera patrimonio cultural. Me gusta ésta receta porque da sugerencias para el tipo de pescado y de limones, sabiendo que no serán los mismos en EEUU u otros países que en Perú.  Y aquí está una receta del chef Sumito Estévez, que si me han ido leyendo últimamente saben que soy completamente fanática de su canal.

Pero creo que mi elaboración favorita es la que hicimos en casa de mi amiga Carel, que vive en Caracas y que me consintió siempre cuando iba a visitar a mis papás. Aquí les dejo un simulacro de receta para hacer ceviche en casa.   (Por cierto que Carel vende cremitas y mermeladas artesanales. Si están en Caracas, les recomiendo seguir su cuenta de Instagram, @alimentosconvida)

Ingredientes para ceviche de pescado:  (sin cantidades porque es al ojo, pero basicamente es mucho pescado, cilantro y limón, y un poquito de lo demás)

- cantidad de pescado fresco

- el cuento de dónde se compró el pescado, la conversación con el vendedor, la descripción del mercado, etc.

- cebolla morada, picada en ruedas finitas

- cilantro picadito

- raíz de jenjibre rallada 

- jugo de limón recién exprimido

- sal al gusto

- vista al Avila

- buenos amigos con quien compartir

Elaboración




Se deja reposar 15 minutos y se disfruta frente al Avila, en buena compañía.