Pasamos cinco días embelesados en la ciudad. Nos quedamos en casa de un amigo que tiene la gran fortuna de trabajar allá y su apartamento queda dentro del casco histórico así que hasta la panadería de la esquina esta en un edificio magnifico.
La catedral Votiva al final de la calle. Por aquí pasamos todos los días cuando salíamos a pasear.
Este castillo de fantasía es la alcaldía, el Rathaus. De noche se pinta de luces y es hasta mas hermoso.
Estatuas alegóricas por todas partes. Aquí Palas Atenea frente al Palacio de Justicia.
En frente del museo de historia natural tenían un mercado de Navidad, lleno de tarantines vendiendo manualidades y artesanías bellísimas. Mejor ir de noche a pesar del frío, por lo bonito que se ven las luces y por la excusa de tomar gluwein, vino caliente aromatizado con naranjas y especias.
La fachada del museo de historia natural. Mi pieza favorita fue la Venus de Dusseldorf. Me hubiese gustado también visitar el museo de arte que queda enfrente, pero mis hijos y mi marido se rebelaron.
Llegando al apartamento por la otra esquina, otra belleza.
Quedamos encantados. Para acá volvemos.
Viena y Praga son dos ciudades que me gustaría conocer, pero mejor en Primavera que no hace tanto frío, aunque aquí lo está haciendo también, nos ha entrado frío del >Norte de Europa y tengo la calefacción puesta todo el día, cuando hace sol el aire acondicionado, y luego la de gas, la otra me sale gratis, pero supongo que cuando se está de turista el frío se nota menos, eso dice mi hija que acaba de regresar de Praga :)
ResponderBorrarBesos y salud
Genín: A mi me gusta el frío. Parte de la felicidad de visitar a Viena ha sido vivir en invierno de nuevo. Y como regalo de Navidad nevó los dos primeros días de haber llegado. Estábamos felicísimos!
ResponderBorrarSolo por ver la Venus de Dusseldorf yo seria feliz
ResponderBorrarTienes que venir a Pantiago de Pompostela en España. Saludos, acabo de descubrir tu blog y me encanta.
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