El colmo de los rompehielos

Estoy en Beijing éste fin de semana, en un curso de capacitación para mi colegio. Como en practicamente cada uno de los cursos que he tenido que tomar desde que me convertí en maestra, la primera actividad siempre es una diseñada para romper el hielo y conocernos mejor. 7 de cada 10 veces, el rompehielo es ese en que dices tres cosas acerca de tí: dos verdades y una mentira. Es pazguatísimo. Sé que es para que conocernos porque venimos de diferentes colegios y países y el cerebro necesita sentirse cómodo para aprender, etc, etc, etc, bla bla bla, pero estoy harta ya de inventar mentiras que parezcan verdades, verdades que parezcan mentiras, y encima que ninguna sea verdaderamente inmodesta o inmodestamente mentira. El colmo es que siempre se me olvida lo que dije la última vez o sea que han sido ciento quinientos diez y catorce pazguatadas diferentes las que he dicho.

Esto es lo que se me ocurrió esta vez. A ver si adivinan cuál es la mentira:

1. He recibido tres bendiciones papales en persona y no soy católica.
2. Fui maratonista olímpica hasta que dejé de correr por una lesión en el pie izquierdo.
3. Por muchos años canté en un coro que recibió una nominación a los premios Grammy del 2001.

Mañana revelo la verdad. Mientras tanto, escríbanme sus predicciones en los comentarios. Yo por mi cuenta estoy saliendo a tatuármelas en el pecho para la próxima vez que a un facilitador tarado se le ocurra el bendito ejercicio pueda reemplazar la mentira por "me gusta tanto este ejercicio que llevó la chuleta sobre el corazón".

Chuleta: coloquialismo venezolano para nombrar una hoja preparada con las respuestas que se necesitarán en un examen escolar y que se trae escondida a la sala del examen.