El sábado a medianoche llega el año del jabalí. Será una noche de estruendo y ruido, pues hay que espantar a los demonios y la mala suerte con triquitraquis. Hoy es el año nuevo chiquito y comenzarán los fuegos artificiales aunque me dice la Dra. Wang que se están poniendo muy caros y que habrá que guardarlos para el sábado.
A mi me encanta el año nuevo chino. Hay una emoción en el aire que hasta se le contagia hasta a una extranjera analfabeta como yo. Los chinos le tienen nombre: fiebre de año nuevo. (Cuando me acuerde como se dice, compartiré.) Tenemos una semana de vacaciones por el año nuevo, y me gusta disfrutarla aquí en Tianjin, entre la fiebre y los fuegos artificiales. Este año me voy a perder la noche principal porque vamos a esquiar. Es lo único malo del viaje. Disfrutaremos mucho en la montaña, pero como estamos lejos del pueblo, nos perderemos el espectáculo sonoro.
Pero no importa. La celebración dura dos semanas. Hay triquitraqui y tumbarancho para rato.
(Ajá mamá, ya te escucho diciendo que soy una loca porque a tí con la noche del 31 te sobra. No te puedo explicar porque es diferente. Tendras que venir a visitarme para ver.)
Tesoro mio, estoy disfrutando todas las historias "viejas" que no había leido hasta hoy. Ahora sé que el ruido me molesta mucho mas que a otra gente porque tengo oido de... perro. Mi rango de audición es mucho mas amplio. Por eso puedo escuchar el agua hirviendo desde la sala y oía lo que mis alumnos secreteaban en tercer grado... Pregúntale a Gioconda, quien lo descubrió con una audiometría. Bebdiciones. TQM
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