domingo, 22 de marzo de 2020

Salsa de tomate sin tomate


Han pasado 13 meses desde que monté la última entrada aquí. ¡Uy!

Bueno, aquí estoy en Egipto, bien de salud y de todo. Preocupada como muchos por los estragos que está causando el coronavirus, pero por los momentos los Fitzgerald Crespo estamos bien. En Egipto no hay cuarentena total todavía, pero los colegios, museos, parques y sitios históricos están cerrados. El colegio donde yo trabajo cerró con una semana de anticipación, pero ésta semana estamos de vacaciones que ya teníamos programadas. La semana que viene regresamos a clases a distancia y el 2 de abril se re-evalua si abrimos.

Entonces, como estoy de vacaciones y además nos preparamos para una campaña de quedarse en casa, me puse a cocinar. Tal vez no se acuerdan porque no he escrito en tanto tiempo, pero le tengo alergia a una cantidad de cosas. Bueno, alergia no, en el sentido que no me va a dar un shock anafiláctico, pero si reacciono a muchos alimentos por lo que son muchos los que evito consumir.

Uno de los alimentos que no como son los tomates, especialmente crudos. Eso significa que mis espaguetis sin gluten me los tenía que comer con alioli, que me gusta pero tampoco tanto. Pues he descubierto a dos genios de la cocina antialérgica que me han permitido prepararme salsa de tomate sin tomate.

(Ya los veo riéndose de mi y mi salsa de tomate sin tomate y mi pasta sin glúten. Tate. Los agarro en la bajadita.)  (La etiqueta de los frascos es para el producto que vino en ellos, pero la salsa es tan rica que sí es divina.)

La primera genio es una muchacha joven, Michelle Hoover.  Le diagnosticaron una enfermedad autoimmune cuando todavía era adolescente y se dedico a aprender todo lo que pudo sobre la enfermedad y como enfrentarla. Su página web es un encanto y está repleto de recetas muy ricas.

La otra genio es Rachael Bryant. Ella también tiene una enfermedad autoinmune y al igual que Michelle, tiene una página maravillosa. Su libro Nourish fue el primer libro de recetas para el protocolo autoinmune que tenía recetas con sazón. Otros recetarios que había probado eran un poco desabridos. No me dolía el estómago después de comer, pero el paladar no quedaba satisfecho. Pues Rachael Bryant tiene sazón, además de un ojo fotográfico y sentido estilístico increíbles. Recomiendo mucho su libro y su página web. (Como la de Michelle están en inglés, pero si abren en Google Chrome, hay traducción automática.)

(Vaya, he perdido el ritmo de bloggear. Tanto hablar para recomendarles una receta.)

Combinando recetas de Michelle y de Rachael, he logrado preparar una salsa de tomate, sin tomate.

Lecciones de la vida dura:
  • si la receta es para el protocolo autoimmune (AIP), tengo que triplicar la cantidad de ajo, cebolla y aliños frescos que pide la receta original, pero no cambiar los condimentos en polvo. 
  • las remolachas para esta receta tienen que ser enlatadas. Si la hacen con remolachas frescas, les va a saber a tierra dulce, porque las remolachas son dulces y saben a tierra. 
Ok, a la receta: 

Ingredientes
  • aceite de oliva
  • 6 clavos de ajo, picaditos
  • 1 cebolla mediana, picadita
  • 1 lata de remolachas de 400g
  • 2 tazas de zanahorias picadas
  • 1 1/2 de celery picado
  • 1 cucharada de albahaca cruda (si es molida entonces 1 cdta.)
  • 1 cucharadita de perejil seco molido
  • 1 cucharadita de oregano seco molido
  • 1 cucharadita de sal marina
  • 10 aceitunas picaditas (a mí me gustan las negras)
  • 2 cucharadas de jugo de limón
Elaboración
  1. Se sofríe el ajo y la cebolla en el aceite de oliva hasta suavizarlos, cuidando que no se quemen.
  2. Se agregan las demás verduras y se sofríen juntos otro minuto, revolviendo bien. 
  3. Se le agregan las hierbas, la sal y suficiente agua como para cubrir los vegetables, mas o menos una taza y media.  
  4. Se cocina a fuego lento por 30 minutes, cuidando el nivel del agua, agregando mas cuando sea necesario, hasta que los vegetales estén completamente cocidos y suavizados. Se retira del fuego y dejar enfriar un poco.
  5. Se agrega el jugo de limón y las aceitunas y se licua con una licuadora de mano hasta formar una salsa homogénea. (Yo uso una licuadora de mano porque la tengo y me es más fácil de lavar, pero uds. pueden usar una licuadora de vaso o un procesador de alimentos. De ser así, por favor dejen enfriar bien la mezcla.)
  6. Se usa en cualquier receta que pida tomates picados o salsa de tomate.
Si usan las remolachas enlatadas, les va a saber casi a tomate. Tal vez no completamente, pero casi. Claro que puede ser que yo tengo mucho tiempo que no como tomate, pero a mí me sabe a tomate y mi hija me pide que le prepare ésta salsa. Ella no tiene problemas digestivos y no le gusta nada de lo que yo hago, pero ésta salsa sí. 

De la receta salen como cinco tazas de salsa, entonces las envase en jarras de vidrio, y las puse a hervir en un baño de agua por 40 minutos. Ah, y hay que primero agregarle a cada jarra una cucharada de jugo de limón. Aquí están las instrucciones en inglés. 

Buen provecho. 

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