domingo, 18 de enero de 2015

Esquiamos de verdad


Los que tienen tiempo leyéndome saben que los Fitzgerald Crespo somos fanáticos del esquí. Yo aprendí a esquiar en Italia, durante mi luna de miel, pero no fue hasta que pasaron 11 años que aprendí a disfrutarlo. Eso lo aprendí en China, en el resort Wanlong, 7 horas al norte de Beijing.

Esquiar en China es buenísimo, por lo menos en Wan Long. No neva mucho sino hasta marzo, por lo que el resort cubre las pistas con nieve artificial. El que no esquía, no sabe que la nieve artificial es un regalo. La nieve natural es poco uniforme. Cae a diferentes temperaturas y cubre superficies irregularmente. La nieve artificial es uniforme y en Wanlong, las temperatures son siempre constantemente bajas. No hay deshielo y re-congelamiento como en otras partes.  Wanlong tiene un ejército de maquinas niveladoras que suben por las pistas toda la noche para que en la mañana estén listas para esquiar de nuevo. Como para completar el paraíso, no hay mucha gente y las pistas nunca terminan todas marcadas por los pasos de miles de esquiadores.

En la vida real, la nieve casi nunca queda perfectamente nivelada ni tampoco hay la visibilidad perfecta de Wanlong. Hay una gran diferencia entre las condiciones de la mañana a la tarde, y hay que compartir las pistas con mucha gente. Así nos tocó en Austria éstas vacaciones y a veces nos hizo falta nuestro resort privado -- pero sólo a veces. Aunque sí tuvimos que compartir con un gentío, la temperatura nunca bajó de -10 grados, los vientos nunca fueron huracanados y los paisajes fueron sin igual. Para allá volvemos.


Las fotos del teléfono y sin editar, pero igual el paisaje muy lindo.


miércoles, 7 de enero de 2015

Viena empieza con p

Mi papá dice que las ciudades más bellas de Europa todas empiezan con la letra p: París, Praga y San Petersburgo. Si a San Petersburgo le perdona la s inicial, a Viena fácilmente la rebautizaria Piena porque es una ciudad espectacularmente hermosa. 

Pasamos cinco días embelesados en la ciudad. Nos quedamos en casa de un amigo que tiene la gran fortuna de trabajar allá y su apartamento queda dentro del casco histórico así que hasta la panadería de la esquina esta en un edificio magnifico. 


La catedral Votiva al final de la calle. Por aquí pasamos todos los días cuando salíamos a pasear. 


Este castillo de fantasía es la alcaldía, el Rathaus. De noche se pinta de luces y es hasta mas hermoso. 


Estatuas alegóricas por todas partes. Aquí Palas Atenea frente al Palacio de Justicia. 


En frente del museo de historia natural tenían un mercado de Navidad, lleno de tarantines vendiendo manualidades y artesanías bellísimas. Mejor ir de noche a pesar del frío, por lo bonito que se ven las luces y por la excusa de tomar gluwein, vino caliente aromatizado con naranjas y especias. 


La fachada del museo de historia natural. Mi pieza favorita fue la Venus de Dusseldorf. Me hubiese gustado también visitar el museo de arte que queda enfrente, pero mis hijos y mi marido se rebelaron. 


Llegando al apartamento por la otra esquina, otra belleza. 

Quedamos encantados. Para acá volvemos.