domingo, 23 de septiembre de 2012

Sin ton ni son pero con cataplún

Trabajé como intérprete de conferencia por unos 10 años y perdí bastante audición en el oído derecho. Cuando hay música popular, a menudo solo escucho los bajos, lo cual puede ser muy desesperante, pero a veces escucho música en lugares inesperados
    • las fotocopiadoras imprimen con son, cada página un taca taca suish ssssi. Me gustan sobre manera las que también engrapan porque suenan, taca taca suish ssssi taca taca suish ssssi taca taca chan chán.
    • el ventilador me canta en harmónicos que casi no percibo pero igual arrullan
    • el eco de los fuegos artificiales cuando los lanzan sobre agua es contrapunto a puro grito. Cerca de mi casa hay un estanque bordeado por unos edificios altos, y los triquitraques que lanzan a la orilla del estanque resuenan primero por el agua y después de los edificios y sorprendentemente es música y no sólo ruido.
Recientemente se celebró en Tianjin el Foro Económico Mundial, el que se celebra en Davos en el invierno. Según mi marido a ese van los países grandes y a éste vienen los países chiquitos. No sé si será verdad porque no le presto atención a la política, pero el centro de convenciones donde se celebró el Foro Mundial nos queda a una cuadra y por sus jardines camino de ejercicio casi todos los días en verano y en casi primavera.

Durante la semana antes de que empezara el foro, tuvimos sesiones diarias cada noche de un espectáculo de fuegos artificiales. Escuchar triquitraques es común, porque tenemos un restaurante en la otra cuadra donde se celebran muchas fiestas de matrimonio, pero ésto era diferente.

Justamente la tercera de las noches salí en mi bicicleta a una tiendita de 24 horas al otro lado del restaurante. De regreso me tocó ver un espectáculo digno de Disney o las celebraciones de 4th of July en Boston.

Estaban lanzando los fuegos artificiales del otro lado del lago y las explosiones provocaban ecos en contrapunto contra los edificios que lo rodean. Destellos de todos colores saltaban al cielo. Estrellitas verdes venían seguidas de gordas plumas doradas y a su vez espirales esmeralda perseguían linternas que colgaban en el cielo antes de desaparecer. Impresionante y sin razón evidente, pero reconocí el ritmo de las explosiones de las noches anteriores. Como para completar el ambiente, la luna llena miraba todo justo más alla de donde alcanzaban los fuegos artificiales. No sale en las fotos, pero ahí estaba, aplaudiendo.

Las fotos con el iPhone y el collage con TurboCollage

A la noche siguiente, cuando empezaron los ecos, salí con mis hijos a verlo de nuevo. Los mosquitos se deleitaron con nosotros por 20 minutos, pero no nos dimos cuenta. Impresionante pensar en el costo de montar tal espectáculo a diario, por lo que pensamos que estaban practicando para el Foro Económico Mundial, pero no, la noche de la inauguración todo pasó en silencio. Ahora que han desbandado las medidas de seguridad, nuevamente han comenzado los triquitraques matrimoniales en el restaurante pero no ha vuelto nuestro show Disney.

Me imagino que nunca sabremos porque fue. Así pasa mucha de nuestra vida en China, ignorantes pero felices.

2 comentarios:

  1. Que misteriosos fuegos artificiales, a lo mejor los hicieron en la casa de un magnate chino que a sus niños les apetecía verlos, ya sabes los caprichos de los ricos...jajaja
    Besos y salud

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  2. Lanzar fuegos artificiales así es quemar dinero de verdad. Como mínimo 10 mil rmb en cada show para los niños ricos esos. Con razón dicen que es caro tener hijos. Con 10 mil rmb vive una pareja sin hijos muy bien.

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Ya no vivo tras la Gran Muralla Electrónica de China así que comenten mucho porque así celebro no tener más restricciones al Internet. Si tienen algún problema comentando, escríbanme a fitziane arroba mac punto com.