¿Santa o loca?

El domingo pasado nos llamaron para decirnos que el colegio cerraría para los alumnos el lunes porque un alumno con gripe salió positivo para el virus H1N1. Los maestros tuvimos que ir al colegio a completar nuestros planes de educación a distancia, concebidos contra esta eventualidad. Para las 2 de la tarde, la mayoría de los maestros habían enviados tarea a los alumnos - incluyendo mis hijos. El martes los maestros volvimos al colegio. El centro de control de enfermedades (CDC) de Tianjin nos mandó a cerrar completamente el edificio hasta el 1 de septiembre a partir del miércoles. Mis hijos, en casa con la ayee, tenían instrucciones mías de hacer lo que pudieran solos y luego terminaríamos cuando yo llegase.

Llegué exhausta y ellos también cansados de pasar el día jugando con los amiguitos asi que intentamos un poquito y nos dimos por vencidos. "Mañana empezamos" se convirtió la consigna.

Mi plan era despertarme a la misma hora, montar mi elíptica, preparar el desayuno, leer los feeds de mis blogs favoritos, y a las 9 empezar con los niños. Pues mi plan se desbarató después de hacer ejercicio porque me puse a currucutear en el internet y ¡zas! de pronto eran las 9 y media y yo sin ni siquiera cambiarme.

El día fue un corre-corre de intentar imprimir y descubrir que no tenía papel ni tampoco tinta en la impresora, recibir a la ayee y darle las instrucciones del día, aplacar a Andreína que tenía ganas de empezar ya, contestar emails de los maestros que necesitaban ayuda técnica, motivar a Michaelito que odia hacer tarea (¿quien lo culpa?), encontrar espacio en la mesa del comedor para el vecino que está en la clase de Michael y que vino porque su mamá tiene tres hijos y no podía con los tres haciendo tareas diferentes a la misma vez, descargar los programitas para ver los videos que nos mandaron, encontrar sacapuntas y gomas de borrar, ayudar a mi marido cuando su computadora no hacía lo que él quería, preparar almuerzo porque la ayee estaba fuera comprando papel y tinta, ..., coño ¡me cansé otra vez nada mas de recordarlo!

Al mediodía ya Michaelito, su amigo y hasta Andreína estaban de acuerdo que mejor era ir al colegio a quedarse en casa todo el día. Yo por supuesto de acuerdo pero mordiéndome la lengua.

Hay gente que enseña a sus propios hijos. En EEUU lo llaman homeschooling. Antes me parecía lindo y hasta envidiable poder educar a los niños así. Ahora ya sé: los padres que hacen homeschooling, o son santos o son locos de perinola.