sábado, 16 de agosto de 2014

Van tres sábados

Parece mentira, pero éste es mi tercer sábado en Egipto.

El primer sábado lo pasamos en el colegio en plena orientación. Habíamos llegado el viernes, con un grupo de como 20 maestros nuevos. Tuvimos que presentarnos al colegio en la mañana, pero se apiadaron de nosotros y solo nos tenían actividades hasta el mediodía. Regresamos a la casa, pero la vecina, que también trabaja en el colegio, ofreció llevarnos a conocer un poco el vecindario. Le agradezco mucho el sentimiento, pero en realidad, no se me pegó nada de lo que vimos esa tarde. Yo solamente veía mi cama.

El segundo sábado me fuí para IKEA con una amiga que antes trabajaba en mi colegio en China. Compré un montón de cosas y pasé la tarde desempacando y acomodando. Andreína pasó el viernes montando caballo con las hijas de una de la maestra de arte y el sábado fúrica porque no regresamos a pasar el sábado también.

Hoy tercer sábado regresé a IKEA y a un automercado grande con tremenda lista. Pude apegarme a la lista en el mercado, pero después de llevar la compra al autobús del colegio que nos trajo, dejé la lista cuando tomé rumbo a IKEA. O sea, ¡licencia para comprar! Andreína tuvo clase de equitación en la mañana y cuando regresó con su papá, él se tomó una siesta y ella se puso a armar las mueblecitos que compré en IKEA. Salió a su abuelo Daniel. Tiene muy buen sentido de donde van las cosas y como usar las herramientas. Ojalá siga así, porque yo de mi papá heredé la nariz y los estornudos.
Estas tres semanas se nos han ido a millón. Dios quiera que los siguientes sábados no se apresuren tanto en pasar.

(Sin foto por los momentos porque el Internet está muy lento.)


lunes, 11 de agosto de 2014

Ahora sí, ¡llegamos!

Mi última entrada la escribí en New Hampshire, apurada porque quería dejar constancia del verano y de mi estado mental. Ahora escribo desde nuestro nuevo hogar en el vecindario de Maadi, en Cairo. Llegamos el 1ro de agosto pero me he tardado hasta hoy en sentirme que llegué y que estoy lista para ésta nueva etapa.

Nuestro apartamento es grande y amoblado con buen gusto. (Uno no siempre puede contar con el buen gusto de los propietarios de un apartamento alquilado, pero esta vez tuvimos suerte.) Hay cuatro habitaciones o sea que los niños tienen cada uno su cuarto. Anoche por fín pude terminar de vaciar la habitación de Andreína donde la compañía de flete depositó nuestras 70 cajas que envíamos de China, y ella por fín durmió en su cama. No le gustó donde la primera habitación que será la oficina-gimnasio de Scott, y estaba durmiendo en el sofá. Nada más con eso ya me siento como que no estamos de transeúntes.

El colegio nos queda en la esquina. Me encanta estar tan cerca. Facilísimo regresar a casa si se me olvidó algo - y si me conocen saben que no es cuestión de si se me olvidó algo al salir en la mañana sino cuantas cosas fueron las que se me olvidaron. Tenemos un abasto en frente de la casa y otro a una cuadra. El automercadito que más me gusta me queda a dos cuadras largas pero es el más limpio y surtido. El de enfrente es el más caro y oscuro de los tres, pero obviamente el más conveniente. Tenemos un par de restaurantes al doblar y varios más a dos cuadras. O sea que todo muy cercano y fácil.

Durante la semana de orientación, Michael conoció a varios otros muchachos de 9no grado y está muy contento. Andreína desafortunadamente no tuvo a ninguna hembra de su edad, pero el fin de semana fue a montar caballos y está más feliz ahora. Mañana es el día de la orientación para todos los alumnos nuevos y tenemos la esperanza de que conocerá más niñas para que el primer día de la escuela media no sea tan intimidante.

Mi biblioteca es pequeña en comparación a mi biblioteca en Tianjin, pero creo que estaré a gusto. La directora de la primaria tiene muchos proyectos y se me contagia su emoción. Eso sí, después de dos semanas de preparaciones, ¡¡ya estoy lista para que conocer a los alumnos!!

Para celebrar el final de la orientación a los nuevos maestros, el colegio nos llevó de paseo en falca. Las falucas, o falúas, son botes tradicionales del Medio Oriente. Son barcos largos de río, con velas latinas. Ahora se utilizan más que nada para el turismo, pero antes eran la embarcación que movilizaban el Nilo.

Ahora que estamos más ubicados en nuestro nuevo hogar, estamos más listos a navegar por el Cairo así como las falucas navegan el Nilo.

Felucca on the Nile
Nos llevaron a todos los nuevos para un paseo de una hora al atardecer. 

Felucca man
Este capitán se dejó tomar la foto y hasta posó. 

Felucca on the Nile
El Nilo inmemorial, las falucas y el Cairo moderno