Preparativos navideños

Todos los años la Navidad me agarra a medio vestir. No tanto con los regalos para mis hijos, esos son sagrados, pero con todo lo demás. El pan de jamón se me quema, se me olvida comprar o hacer los regalos para los maestros, las tarjetas de navidad las postpongo para el Año Nuevo Chino, el ponche crema casero me da dolor de barriga, se me rompe el dispensador de la cinta transparente, ayyyyyy.

¡Este año será diferente! Comenzamos por comprar un arbolito - de plástico porque de los de verdad no hay aquí. (En mi humilde opinión, los árboles de verdad son más eco-conscientes que los plásticos. ¿Sabían que en el planeta todavía existe TODO el plástico fabricado desde los años 50?) Teníamos varios años que pedíamos prestado el árbol de una compañera de trabajo pero ya me daba pena así que decidí que había llegado el momento de ser propietarios.

En Tianjin hay un mercado llamado Da Hutong. Literalmente significa "el gran vecindario." Son dos cuadras redondas donde se venda practicamente todo lo que fabrica China. Es un lugar fascinante e infinito. Me gusta ir pero solo por cortos ratos. Allí venden arbolitos y todo tipo de decoraciones. Fuímos el sábado. Me llevó el chofer. Yu shi fu (se pronuncia "iu sher fú") es nuestro chofer desde hace tres años y le tenemos confianza. Con él practico hablar en chino y él me tiene mucha paciencia. Total que no me sorprendió que me tratara de convencer de no ir a Da Hutong, que queda al otro lado de la ciudad y donde es dificil estacionarse. Me dijo que había visto arbolitos en el automercado de la esquina y que a mí me gustaba botar dinero, pero yo firme porque los arbolitos del automercado de la esquina los importan desde Corea y son super caros.

Llegamos por fín a Da Hutong y el espíritu navideño nos tenía un puesto para estacionar justo a la entrada del pasillo de las decoraciones (el mismo pasillo donde en octubre compramos máscaras de Halloween y donde en febrero iremos a comprar las papeletas de año nuevo.) El chofer se instaló a esperarnos y vaya sorpresa se llevó cuando regresamos en 15 minutos, triunfantes. Teníamos árbol de 1.80 m, bambalinas, nieve artificial y dos juegos de luces. ¿Costo? 75 RMB, 11 dólares EEUU. El chofer se quedó con la boca abierta. Hasta en chino salió baratísimo.

De compras conmigo vino mi hijo. Menos mal porque con él y mi vocabulario digital* pude aclarar la altura del árbol. Michaelito también fue el que consiguió las latas de nieve artificial y esas resultaron otro éxito. Llegamos a la casa a armar el arbolito y por supuesto mi hijo el futuro ingeniero se encargó de la faena. La ayee, después de reírse de la ridiculez del precio del árbol también se unió al proyecto.

El árbolito resultó merecer el bajo precio. Mide 1.8 de alto pero apenas 40 cm de diámetro. Verlo armado nos causó un ataque de risa del cual no nos hemos recuperado. El pobre bichito es flaaaaaaaaaaaco. Eso sí, lindo con todos mis adornos recogidos de toda parte del mundo y una lata entera de nieve artificial. Ahora mi casa tiene ese delicioso aroma de Navidad plástica, jo jo jo.

*Chino digital: Cuando hablo chino y me ayudo con el dedo (dígito) índice porque me falta vocabulario. 

A petición, el raquítico.