Imagínense que pasaron la noche acampando al pie de la Gran Muralla China y que ahora, por fín de día, salen en busca de calorcito y café.
Imagínense que están caminando por el pueblito donde ayer compraron estatuillas de Kuan Yin, la diosa de la compasión. Las puertas de madera están cerradas y los candados son una obra de arte.
Imagínense que al caminar por esa calle en esa mañana en el oriente, recuerdan otras calles y otras mañanas. Imagínense que huele a fogón de leña, agua de tinaja, techo de teja, y arepas hechas por la señora de la otra cuadra, la que tiene como 8 muchachitos y que entrega las arepas calienticas envueltas en una toalla dentro de un plato de peltre.
Imagínense que el hambre y el recuerdo de otros desayunos de pueblo les suelta la lengua en chino y les quita la verguenza, y le preguntan a la señora ésta que está en frente de sus estatuas y sus paqueticos de Nescafé, si no puede hacerles da bin, que son unos panes de harina blanca sin leudar que los chinos comen para desayunar.
Imagínense que la señora les sonríe y les dice que sí. Imagínense que mientras la señora les prepara los da bin, les pregunta las típicas preguntas que de dónde son, cuánto tiempo tienen en China, en qué trabajan. Imagínense que la señora, entre amasadas y formadas de da bin, les felicita porque hablan chino y ustedes, como dicta la cortesía oriental, le dicen que no, hermana mayor, que lo hablan mal, que ella es muy amable.
Imagínense que ella se ríe porque escucha el acento de Tianjin (donde uds. ahora viven) de la boca de extranjeros, porque hermana mayor es como le dicen los Tianjineses a la gente desconocida, asi como en otros lares uno diría manita querida o doñita.
Imagínense que en vez de darles los da bin en un plato de peltre como la señora de los muchachitos y las arepas asadas al fogón, ella les presta un plato de cerámica china con flores azules como para que luzcan. Imagínense que le llevan esos da bin a las familias con quienes acamparon y que alcanzan para que ustedes también coman, porque en realidad después de repartir apenas les tocó un bocado, pero calientico y oloroso a recuerdos viejos y recuerdos recién hechos.
Demasiado buena esta bitácora Josianne... este anecdotario, como bien lo llamas. Siempre que puedo, disfruto a más no poder tus fotos y, en especial, tus relatos... La verdad es que conocer otras culturas (como lo haces tú) es un gran regalo que la vida te ofrece... enjoy!! y sigue compartiendo para que nosotros los "mortales" también podamos disfrutar... un beso y saludos a la familia.
ResponderBorrarMuy bueno to relato, Josianne. Casi puedo tocar el rocio de la mañana que describes y probar esas arepitas chinas calientitas. Como siempre, disfruto mucho tus escritos. Me encanta tu estilo, tus cuentos me recuerdan a los relatos de la Caracas de antaño. Gracias por compartir tus experiencias. Besitos.
ResponderBorrarAy “manita querida” tu relato me hizo volar la imaginación. Qué buena entrada!!! Gracias por el viaje imaginario que sentí en realidad.
ResponderBorrar"manita querida" se usa mucho en el Oriente de Venezuela, también volé a Puerto la Cruz.
Abrazos
Hasta senti el olor da bin, ¡que rico!
ResponderBorrarEstan hermosas las fotos
Paulino y Kelly, !yu ju jú! Gracias por pasar por aquí y dejarme sus comentarios.
ResponderBorrarManita querida: !Dedicado a tí el próximo da bin que me haga ayee!
Rosa: !Ajá! !Tú también comiste arepa de pueblo una vez! Rico, ¿verdad? Las que me comí yo todavía las siento en la lengua.
Te cuento que los chinos, como no conocen el queso, se comen el da bin con un revoltillo de huevo con queso de soya y cebollín. Rico, pero imagínate con queso de mano. !Cómo para desmayarse del delirio!
Me encantaaaaaaaaa..!!! me traslade.. ufffffff...
ResponderBorrarY si al da bin se le pone un poquito de jamón serrano de Jabugo ?
ResponderBorrarTengo que probar una arepa con Jamón Serrano, nunca se me habia ocurrido...ñam, ñam...
Besitos y salud
Nos los comimos con tocineta cocida sobre una cocinita de camping. Aunque no me tocó sino un poquito, la combinación del dulce crujir del da bín con la grasa salada de la tocineta y el hambre que produjo una noche titiritando dentro de una carpa fué perfecta.
ResponderBorrarMe imagino el da bin con el jamón serrano. !Perfecto! Si tan solo consiguiesemos jamón serrano aquí. Ufff.
Las FOTOS y el texto de este post son medicina para el corazon ♥
ResponderBorraramiga y hermana querida..
ResponderBorrarme imaginé todo... cada detalle que gusto leerte... no sabes escuche tu voz ... gracias...
Una entrada con mucha magia, gracias por compartir fotos y relatos. Imagine y hasta senti los aromas.
ResponderBorrarBesos desde Argentina.
Fritziane.. muchisimas gracias por visitar mi blog.. :)
ResponderBorrarJackie: gracias por enviarle el scan a mi mamá. Está super feliz.
ResponderBorrarLidia: Varios de esos desayunos de pueblo fueron contigo, ¿te acuerdas?
Anto: Qué bueno que lo sentiste. Para mí fue una mañana verdaderamente mágica.
Pili: un placer.
Que linda entrada Fitziane, tanto lo que cuentas como la manera en que lo haces... y las imágenes, claro.
ResponderBorrarColirio para el alma. :)
Me acabo de trasladar por completo, gracias por este viaje!
ResponderBorrarFitz, me encanto este post, ya lo he leido varias veces.
ResponderBorrarLa primera vez empece a leer el texto y la primera foto no se habia cargado aun y cuando salio... WOW!
Los desayunos de pueblo son los mas ricos...
Ya te habia comentado de la foto de los da bin, me encanta! La luz es muy bonita.
Con tanto tanto imaginar, me he trasladado a ese mundo y me gusta el calor de otoño, aunque sea con su bruma aún, me gusta el olor a café reciente en la mañana, me gusta el caminar por las calles desiertas, escuchando levemente el sonido del despertar, me gusta la conversación matutina que puedes mantener con alguien desconocido, y por supuesto me gusta desayunar con ese da bin calentito que sabe a gloria.
ResponderBorrarHa sido un placer llegar aquí, para que despiertes mi imaginación. Menudo viaje me has hecho hacer.
Saluditos
quiero que te vuelvas mona lisa en estampas. Todos los domingos... OK? HE DICHO
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