Hace diez años que salí de Venezuela y lo más que me hace falta es la comida. Háblenme de Margarita, y sueño con las empanadas de cazón en Playa Parguito. Recuérdenme el Avila, y yo pienso en los juguitos de Sabas Nieves. El Hatillo, el lugar ese de carne en vara. Plaza Venezuela, los asquerositos.
Queso guayanes, guasacaca, jalea de mango, reina pepiada, bienmesabe, chicha, ají dulce en lo que sea.
Venezuela es para comerla.
P.D. Gracias a los que me enviaron recomendaciones de libros. Ahora que voy a Miami, podré acompañar mis selecciones literarias con una maltica Caracas.
P.P.D. Esta entrada la había empezado en marzo, y cuando ayer apreté el botoncito de Publish, Blogger lo publicó con esa fecha de marzo. Hoy pasé 15 minutos dándole al Refresh sin encontrarlo y ya iba a echarle pestes a los chinos de nuevo, pero se me prendió el bombillo. Aquí está de nuevo, espero que con la fecha correcta.
Josianne, no seas M A L V A D A !!!
ResponderBorrarYo quiero !!!!
Yo quiero !!!!
Aquí hay malta polar, un queso bien parecido al paisa, harina pan y nata para las arepitas. Pero no hay
AJÍ DULCE!!!!!
¿Tienes malta polar? A veces en Cape Cod conseguimos, y entonces mi marido y yo nos ponemos románticos, nos escapamos a la playa y nos la tomamos, recordando las playas venezolanas. (Y hay que concentrarse porque la playa es en el oceáno Atlántico del Norte. El frio hereje, aún en pleno verano.)
ResponderBorrarJosianne
a quien le quedan cinco semanas, un día y 6 horas para salir de vacaciones
Mujer, yo también sueño con mis vacaciones, pero eso de contar los días y las horas todavía no lo hago... aunque necesito descansar porque estoy que reviento.
ResponderBorrarUn gran saludo