Cinco cosas que no sabes de mí

Bueno, aquí va la tarea de Martis, las cinco cosas que no saben de mí.

1. En mi segundo año en la USB, el papa Juan Pablo II vino de visita a Venezuela. Nos bendijo tres veces. Yo cantaba con el orfeón de la USB y como nuestros directores María Guinand y Alberto Grau están conectados con todo, fuímos el coro oficial de la visita papal. Le cantamos en varias ocasiones y después hasta lo visitamos en Roma. Ese trimestre raspé matemáticas y física. En parte por estar ensayando más que estudiando, y en parte por pensar que una triple bendición papal me serviría de algo, a mí la protestante.

2. Me chocan los escritores que sobreutilizan el lenguaje literario. Muchos escritores latinoamericanos sufren de eso: metáforas, símiles, y alegorías ad nauseam. Si tienen algo que decir, díganlo. No se escondan detrás de las palabras. Hablen claro.

3. Cuando la gente se entera de que vivimos en China, la gente se maravilla de que mis hijos son trilingues. Yo les doy la razón, pero en realidad, mis chamos hablan inglés bien, espanglish de maravilla y chino muy por tercero.

4. Cuando estornudo, me pican las axilas, y cuando me duelen las batatas, me duele también la barriga. Vaya usted a saber.

5. Yo recuerdo con la nariz. Oler algo me transporta al pasado. Por ejemplo, la fragancia Jean Naté me regresa a casa de mi abuela. El olor a grama seca me lleva al 1986, a un campamento coral en Francia. El olor de Coppertone directo a las playas de Macuto y el apartamento de mi tía Migdalia. El apartamento de mi mamá huele a rattán, y mi hermanito a salsa ketchup. Sorry, Quelo, ya tienes casi cuarenta años, pero un olorcito a ketchup y me volteó esperando verte entre la muchachera.