viernes, 10 de noviembre de 2006

Economías chinas

Economías chinas

Los chinos siempre están tratando de ahorrarle dinero a uno. Por ejemplo, las señoras que me trabajan en la casa siempre compran los cortes de carne más baratos, sin importar las horas que he pasado intentándoles entender que el grasero me dá asco. Como no me como la comida, guardan los restos en la nevera. Me toca todas las noches botar la comida a escondidas de ellas.

Otro ejemplo. El primer año que me vino a visitar mi suegra y su marido, estábamos recién llegados a China. No teníamos suficientes toallas para nosotros y los invitados, así que envié a Wang ayee a que me comprara más toallas. Le dije que eran para mi suegra - pensando que ella entendería que tenían que ser de buena calidad. Pues la doña regresó muy contenta con unas toallas requete horribles y delgadas, pero ufana pues nada más le habían costado 10 RMB en total. Me quedó claro que para las suegras chinas es más importante que las nueras puedan regatear a que tengan buen gusto.

Hoy regresó ayee de acompañar a mis hijos a comprarles tortugas. Yo había ido con Andreína la semana pasada a comprarle una, y por supuesto al regresar con sólo una, mi hijo me reclamó que no habíamos comprado una para él. Pues bien, hoy salieron los tres y el chofer al mercado de peces a buscarle una a Michael. Pues Michaelito compró la más grande que pudo y ayee, probablemente mortificada por los 15 RMB que costó aquella extravaganzia del niño, insistió en comprarle un tanque pequeño, donde la pobre tortuga no puede ni dar la vuelta. Eso sí, entre los poderes de regateo de ayee y el chofer, pagaron 15 RMB menos de lo que pagué yo la semana pasada.

Lo mismo ocurre con los vendedores del mercado. Te pelean si quieres comprar la tela más cara o la verdura más grande porque te va a salir más caro. Es extrañisimo porque después cuando uno compra lo que ellos quieren, igual falta regatear.

Esta característica de los chinos me volvería loca, pero tengo que recordar siempre que es con buenas intenciones. Y ahora, con la inflación galopante que ha traído la prosperidad, hay que ahorrar donde se pueda.

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