sábado, 21 de junio de 2014

Alzando la mirada por fín

A mi me pega mucho el jet lag cuando venimos en éste sentido. Ir de aquí para allá es mejor porque durante el día estoy trabajando y eso me ocupa. De allá para acá lo que vengo es a vacaciones y por lo tanto puedo dormir durante el día y por más que me digan que aguante hasta la noche, el jet lag me tumba. Todo eso para decir que tengo una semana adaptándome al cambio de horario y todavía no estoy completamente recuperada.

También es que nos ha costado dejar a China después de tanto tiempo y lo estamos procesando. Mis hijos tienen a sus amigos, mi marido tiene a su familia y diligencias de la casa de aquí, pero yo estoy en limbo hasta la semana que viene cuando visite a mi familia en Miami. He tenido mucho tiempo para reflexionar y trazar planes para nuestra siguiente aventura en Egipto -- y también para dormir la siesta entre partidos

Sumado a la tristeza de dejar nuestra vida china, esta semana en Caracas murió Coronado, el papá de mi hermana del alma, Lidia. Murió de cáncer y mientras estamos agradecidas de que se acabó su sufrimiento, nos duele su ausencia. Coronado era de esos que siempre animan la vida, simpático y echador de bromas. Ahora estará en el cielo montando fiesta y aupando a los ticos en el Mundial. (Porque definitivamente le iría a Costa Rica.)

Aun así, estamos levantando la vista, pensando en el futuro. Ayer fuimos a subir cerro para despejarnos la mente y celebrar este lujo de aire limpio. La foto es desde la cima de Mount Major, que nos queda a unos 20 minutos de la casa. Recién llegada de Venezuela hace casi 20 años, para acá me venía a subir cerro cuando me hacía falta mi Sabas Nieves. Llegué a la cumbre casi mareada de tanto oxígeno, pero como sale gratis, pues a respirar limpio que tenemos 13 años de contaminación china que limpiar de nuestros pulmones.


No se ve Coronado, pero yo sé que está montado en esa nube echando chistes.

miércoles, 18 de junio de 2014

Las sorpresitas del regreso


Tengo casi 20 años en esta vida de educación internacional, 13 de los cuales he pasado en China. Cada año regresamos a EEUU para las vacaciones de verano y cada año me tardo un poquito en re-ubicarme en nuestra vida "normal". Siempre siento una pequeña sorpresa cuando mi reciente realidad china queda en conflicto con la realidad presente.

Algunos ejemplos:

  • cuando recuerdo que puedo conectarme a esta bitácora, a CNN, Twitter y Facebook sin censores ni restricciones
  • el instante en que no entiendo porque se detienen los carros al verme querer cruzar la calle (en realidad esa sorpresa viene conmigo desde Venezuela)
  • cuando levanto la vista al cielo y es azul con nubes blancas gordotas y no una gruesa manta gris
  • la primera vez después de llegar qué comemos en un restaurante y tenemos que calcular propina (en China no se deja nada)
  • justo después de que se termina una canción en la radio y el locutor habla en inglés (y no en español porque ese sobresalto es otro que traigo desde Venezuela)
  • cuando tomo un Kleenex y es suavecito
  • cuando no tengo que calcular la hora para llamar a mi familia, seguido inmediatamente por la realización de que mi teléfono es chino y no lo puedo usar para llamar 
  • cuando me doy cuenta de que no estoy escribiendo las entradas en la medianoche de mis lectores y que no tengo que esperar hasta el día siguiente para ver las reacciones y comentarios

Ya tengo dos amaneceres desde que llegamos y ya pronto se pasarán las mini-sorpresas. Me pregunto como serán en agosto cuando lleguemos a Egipto y no a China. ¿Qué me sorprenderá entonces?


Actualización a las 9 a.m. Otra sorpresita - la gran cantidad de cambios que tengo que hacer en mis perfiles electrónicos, como por ejemplo, las instrucciones que aparecen cuando mis lectores quieren dejarme comentarios. 


Aquí la ventana del avión al final de un viaje muy largo y mi primer amanecer en casa de mi suegra. Es mi segundo paisaje favorito del verano. el primer lugar lo ocupa la playa en Cape Cod donde trabaja mi marido. Ese lo vemos en una semana.

Esta la tomé con mi teléfono.

Esta la tomé con el iPad que me gané en un sorteo y que me mandaron a casa de mi suegra.  

lunes, 16 de junio de 2014

Saliendo, capítulo dos

Pasamos el fin de semana despidiéndonos y limpiando la casa de 13 años de cachivaches perdidos. El flete con los muebles y los artículos importantes salió a finales de marzo, pero nos quedaban los pedacitos de nuestra vida que en marzo nos parecieron indispensables y que el sábado fueron un ejercicio de desprendimiento.

La ayee se quedó con muchas cosas pero ya a las 11 de la mañana era obvio que ahí había para regalar. Vino una de sus amigas y se llevó tres camionetas llenas de cachivaches. Tardaron 4 horas en el proceso. 

Por supuesto la limpieza acompañada con llanto. Cada perolito un recuerdo. 

  • el "fu" de la buena suerte que nos dio la otra ayee cuando se jubiló
  • el juego de tazas Nescafé que nos ganamos en el sorteo de la inauguración del café de la esquina, al que fuimos con los amigos coreanos
  • el nombre de Andreína pintado en caligrafía 
  • la manta de bebé que nunca usamos de Andreína
  • 12 pinchos de metal para parilla que nos trajimos del Líbano y que nunca usamos
  • los uniformes de educación física de los niños, cada cual más grande que el anterior, toda una historia escolar en las tallas
  • la mesa de planchar con su tela para cubrirle el hueco de cuando Scottle  quemó el forro
  • las velas de las primeras comuniones de mis hijos
  • la lamparita chucuta que le regaló una amiguita a Andreína cuando la mamá de la amiguita estaba limpiando casa antes de regresar a EEUU
  • ciento quinientos pares de zapatos de Michael, recién comprados en marzo pero ya pequeños

Mucho, mucho más. Ojalá sean tesoros para alguien más. 

Lo que más me dolió fue cuando encontré el par de toca puertas de metal en forma de leones. Uno se lo dí a ayee para su puerta y el otro me lo quedé, para que cuando abramos nuestras puertas estemos juntas. No logré explicarlo bien en chino y al final ella me completó la idea, "Cuando toquen la puerta, yo los escucharé."



Seguimos en China. El avión estuvo estacionado por cinco horas a la puerta del terminal, con todos nosotros adentro. A la seis horas cancelaron el vuelo y nos mandaron a un hotel. Ahora a probar suerte otra vez. 

domingo, 15 de junio de 2014

Saliendo

Ahora sí. Dentro de un par de horas, a las 4:55 p.m. salimos de China, del aeropuerto de Beijing. Tristes por todo lo que nos hará falta, pero satisfechos por 13 años bien vividos. 

¿Qué me va a hacer falta? Los amigos, mi biblioteca, la Gran Muralla y los pinchos. 

Justamente ayer conocimos un restaurante donde uno se prepara los pinchos de uno en la misma mesa. ¡¡Rico!!

Pero más que nada, nos hará falta la ayee. No sólo porque por 9 de los 13 años que estuvimos aquí nos limpió la casa, lavó la ropa y nos cocinó rico, pero también y sobre todo porque ella es familia. 

Le dije que no podía llorar hoy hasta después de la foto, y salimos bellos, aunque la foto asimétrica. 


viernes, 13 de junio de 2014

Se me acaban los días chinos

Hoy fue el último día el colegio. Es el décimotercer fin de curso, y el último. Mañana lo pasamos empacando y limpiando y el domingo volvemos a EEUU.

Estamos super ajetreados y sin tiempo, pero estoy tratando de desacelerar el paso aunque sea apenas marcándolo aquí, en mi bitácora que ha sido más que nada el anecdotario de mi vida china.

Dejaremos atrás a mucha gente querida. Nos quedaremos con muchos recuerdos y con el placer de haber formado parte, aunque minúscula, de la historia de la China moderna.

Aquí dando mi discurso de despedida frente al colegio, con mi marido y el director del colegio, y aquí el discurso en el blog de mi biblioteca, que me duele mucho dejar.