El termometro colgado de la chaqueta de Michael lee bajo cero Fahrenheit. Estamos esquiando en el norte de China. El resort se llama Wan Long. Quiere decir Mil Dragones. Cada una de las pistas tiene la palabra dragon en el nombre: Dragon de Oro, Dragon de Jade, Dragon de Plata, el Gran Dragon, y otras que no se porque estan en chino.
El resort es bastante nuevo. Abrio hace 4 a~nos con un teleski y tres pistas. Nosotros tenemos viniendo tres a~nos. Hemos visto crecer el resort, y ahora, con 16 pistas abiertas es casi un paraiso
invernal excepto que hoy esta soplando un viento
infernal.
En diciembre hace mucho frio aqui. Un a~no Andreina lloraba del frio y se le congelaron las lagrimas sobre las mejillas. A veces es dificil respirar porque se te congelan los pelitos de la nariz. Hoy sentarse en el teleski fue un martirio de viento y frio, pero bajar por las colinas nevadas y vacias de gente fue maravilloso.
Andreina se canso temprano. No esta de mas, tiene 5 a~nos. Pasamos la ma~nana alternando bajadas con quedadas en el albergue y al mediodia se puso en huelga. Scott la llevo al hotel. Yo me fui con Michaelito a almorzar en la cafeteria y luego de una sopa calientica con fideos hechos justo antes de servirnoslos, nos sentimos suficientemente alentados como para esquiar una mas.
Todo iba bien. Michaelito baja cualquier pista haciendo cu~na. Se mueve con confianza y no hay pista que no quiera intentar. Despues de siete a~nos arrastrandolo obligado a esquiar, el nos arrastraba a nosotros cuesta abajo.
Y entonces, la angustia bajo cero. Michaelito baja primero siempre para yo poder verlo. Lo estaba siguiendo cuando me quede clavada en un hueco lleno de nieve nueva. Michael no me escucho cuando lo llame y siguio cuesta abajo. Yo pase casi 10 minutos intentando ponerme los esquis de nuevo pero la nieve estaba demasiado profunda. Al final empece a caminar con los esquis en la espalda, con el plan de llegar a una parte mas plana y apurarme buscar a mi hijo. Asi me encontro el monitor del resort. Michaelito, despues de esperarme en vano, los habia buscado para pedir auxilio. Tan bello y trilingue mi hijo. Los monitores son chinos, por supuesto, y hablan con el dialecto de aqui. Es un poco dificil para nosotros entenderlos, pero el lo logro. Vinieron tres a rescatarme.
Perfecto. Nos encontramos de nuevo y nos toco bajar una ultima pista para llegar al albergue e irnos al hotel. El viento estaba tan fuerte que tuve que empujar a Michael para que pudiese descender. Un minuto despues, con Michael a 100 metros y sin poder oirme, me volvi a caer por estar maravillandome de su tecnica. Ahora el problema fue ponerme los esquis contra la gravedad de la colina. Ni modo, a caminar de nuevo porque mi hijo ya estaba abajo en el albergue, frio y solo y asustado de nuevo. Por fortuna me volvi a conseguir a otro monitor que me ayudo a montarme y por fin, por fin, nos fuimos al hotel. Menos mal que queda a 200 metros del teleski de principiantes. Michael estaba temblando del frio y yo de la angustia de que se me hubiese quedado solo el muchacho y de imaginarme todo lo no paso.
Total que despues de un gusto un susto. Espero que nos toque mucho mas gusto despues de este susto en particular, porque nos quedan 2 dias mas aqui. Los dejo para ponerme a orar por buen clima. Aunque pensandolo bien, ma~nana es sabado y vienen miles de esquiadores por el fin de semana. Si hay mal tiempo, nos toca el resort para nosotros solos de nuevo. Hmmm. Dilema.